Mejorar la salud de este órgano es posible con ciertos ajustes en nuestra alimentación y estilo de vida
Los hábitos que tenemos en nuestra vida son cruciales a la hora de evaluar el estado de nuestra salud y mucho más si se analiza cómo puede estar en el futuro. Es que de nuestro estilo de vida depende tener un organismo protegido ante enfermedades y aspirar a una vejez en la que la salud no sea un problema.
Cuando estos hábitos son negativos, el cuerpo recibe cargas que lo desestabilizan y los dejan indefenso ante ciertos factores. El hígado graso es una de las consecuencias más comunes y que debe preocuparnos ya que no causa síntomas por lo que llegar a su diagnóstico suele ser muy difícil.
Hábitos saludables para el hígado
El hígado graso es la acumulación de grasa en los hepatocitos, la principal célula del hígado, según sintetiza la Universidad de Barcelona (España). Sus expertos diferencian al hígado graso causado por el consumo crónico de alcohol, del hígado graso no alcohólico que se genera por motivos metabólicos y está íntimamente asociado a la obesidad y la diabetes.
Desde la Fundación Favaloro (Argentina) remarcan que el reconocimiento y tratamiento de esta enfermedad es fundamental ya que tiene un rol de importancia en el desarrollo y progresión de la enfermedad cardiovascular. Por esto es que los especialistas aconsejan mejorar ciertos parámetros de nuestra vida para cuidar de la salud de este órgano.
Para terminar con el hígado graso existen 3 hábitos que se pueden mejorar en nuestra vida y que tendrán una repercusión muy importante en la salud de este órgano y de todo nuestro cuerpo. Lo primero que recomiendan los médicos es cesar con el consumo de alcohol, en el caso de que se padezca de la enfermedad originada por estas bebidas.
El otro hábito aconsejado es realizar actividad física, al menos cuatro días por semana y por unos 30 minutos. Evitar el sedentarismo ayudará a reducir la cantidad de grasa acumulada en el hígado y a desinflamarlo.
Finalmente, mejorar nuestra alimentación es fundamental para terminar con el hígado graso. Una dieta balanceada colaborará con la reducción de peso corporal y la eliminación de grasas. Reemplazar las grasas saturadas por las insaturadas, comer más alimentos con un índice glucémico bajo y evitar alimentos y bebidas que contengan grandes cantidades de azúcares simples, forman parte de las principales recomendaciones que con este objetivo brinda el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos.