En 2023 se identificaron en Europa 26 nuevas sustancias psicoactivas. Las muertes por envenenamiento con drogas se han duplicado en España desde 2010
La representante regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) para la Región Andina y el Cono Sur, Candice Welsch, advirtió sobre la “creciente disponibilidad de drogas sintéticas” en Latinoamérica y el Caribe.
“Hace tan solo 10 años las drogas sintéticas y las nuevas sustancias psicoactivas se entendían como un tema poco vigente en Latinoamérica y el Caribe”, explicó Welsch, al intervenir en el acto de presentación del programa contra drogas sintéticas en Paraguay, al que asistió el presidente, Santiago Peña.
Alertó sobre un cambio en ese panorama como resultado de una “serie de complejos factores”, entre ellos “la consolidación de rutas de tráfico intercontinental de sustancias tipo éxtasis a través de vuelos comerciales y encomiendas” y la configuración de nuevas rutas marítimas desde Europa Occidental hacia el Cono Sur.
“Entre 2018 y 2022, las sustancias tipo éxtasis representaron más del 70% de los decomisos de estimulantes anfetamínicos realizados en Suramérica”, afirmó.
En ese sentido, llamó la atención sobre “la rápida aparición de una amplia gama de nuevas sustancias psicoactivas” en la región, donde se pasó de 7 sustancias reportadas entre 2008 y 2009 a 136 entre 2022 y 2023.
Se refirió a un incremento en los decomisos de fentanilo farmacéutico, que “se ha desviado en algún punto desde los mercados legales hacia los ilegales”.
Welsch se refirió igualmente a una “creciente demanda de drogas sintéticas a nivel regional”.
“Los datos sobre consumo de drogas indican un aumento de consumo de éxtasis y, además, muestran que la prevalencia a nivel del consumo es superior a la de muchas otras drogas”, agregó la representante.
Señaló como un “importante riesgo para la salud pública” la venta de nuevas sustancias como otras drogas o su mezcla.
Consideró que este nuevo panorama “plantea desafíos dinámicos para las agencias de implementación de la ley, la justicia penal, los sistemas de salud y los tomadores de decisiones”.
“Es necesario adaptar un nuevo paradigma estratégico y expandir la perspectiva hacia un enfoque que aborde las drogas tradicionalmente presentes en la región, como la cocaína y la marihuana, y con la misma voluntad responda a las drogas sintéticas y a las nuevas sustancias psicoactivas”, agregó.