El evento, organizado por el Gobierno de la ciudad, atrajo a más de 4.000 solicitantes, de los cuales 117 fueron seleccionados para competir.
COREA DEL SUR.- Un evento que desafía las normas de la sociedad hipercompetitiva de Corea del Sur, más de 100 personas se reunieron este fin de semana en Seúl para participar en la competencia anual Space-out. Sentados en silencio sobre tapetes de yoga, los participantes se enfrentaron en un peculiar desafío: desconectarse completamente del mundo durante 90 minutos sin dormirse, revisar su teléfono o hablar.
Este curioso certamen, que se celebra desde hace una década, no solo pone a prueba la capacidad de relajarse, sino que también es una obra de arte y un alivio para el agotamiento crónico de la vida moderna. El evento, organizado por el Gobierno de la ciudad, atrajo a más de 4.000 solicitantes, de los cuales 117 fueron seleccionados para competir. Los concursantes, que variaban en edad desde un niño de segundo grado hasta personas de unos 60 años, fueron monitoreados por su ritmo cardíaco, mientras los espectadores votaban por sus favoritos. Finalmente, quien tuviera la frecuencia cardíaca más estable entre los 10 más votados se llevaba el trofeo.
Entre los participantes destacó Kwak Yoon-gy, patinador de velocidad y doble medallista de plata olímpica, quien logró el tercer lugar. “Intenté participar en los Juegos Olímpicos cinco veces y, durante 30 años, nunca tomé un descanso adecuado mientras entrenaba”, comentó Kwak, de 34 años. “Escuché que este lugar es donde puedo aclarar mi mente y descansar, así que vine aquí pensando: ‘Guau, esto es lo que tanto necesitaba’”.
El evento no solo atrajo a deportistas de élite, sino también a personas comunes que buscan un respiro del estrés diario. Kim Seok-Hwan, un YouTuber de 26 años, mencionó que se inscribió porque “tenía muchas preocupaciones y estrés” y vio la competencia como una oportunidad para liberar esas tensiones.
La competencia Space-out fue fundada hace diez años por una artista visual conocida como Woopsyang, quien ideó el concurso tras sufrir un grave agotamiento. “Me preguntaba por qué estaba tan ansiosa por no hacer nada”, recordó Woopsyang. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su ansiedad provenía de compararse con otras personas ocupadas. “De hecho, esas personas también podrían querer distraerse y no hacer nada como yo”, reflexionó. Así nació la idea de una competencia que transformara la inactividad en una actividad valiosa.
Este año, la ganadora fue Kwon So-a, una locutora independiente con múltiples trabajos, quien se llevó a casa un trofeo con la forma de la escultura de “El Pensador” de Auguste Rodin. “Corea es un país muy competitivo, donde la gente piensa que si no hacen nada, se quedarán atrás”, dijo Kwon, de 35 años. “Creo que cada uno tiene que tener su propio ritmo y, a veces, simplemente reducirlo”. Kwon añadió que no hacer nada es beneficioso tanto para la salud mental como física, ya que “el cuerpo solo puede relajarse cuando el cerebro se relaja”.
Desde su inicio en Seúl en 2014, la competencia Space-out se ha expandido internacionalmente, celebrándose en ciudades como Beijing, Rotterdam, Taipei, Hong Kong y Tokio. El evento no solo desafía la convención social de que distraerse es una pérdida de tiempo, sino que también sirve como una forma de arte performativo, destacando el contraste visual entre los participantes inmóviles y la audiencia en constante movimiento.