Cuando hablamos de política nos enfrentamos a varios condicionamientos previos de la ciudadanía, porque la asocian con corrupción, con politiquería, con incompetencia, con incredulidad, pero la política no es otra cosa sino el arte de servir, y en ese sentido, todos somos políticos.
Las mujeres per se, somos políticas por naturaleza, desde cualquier lugar que nos desempeñemos, las trabajadoras, las emprendedoras, las madres de familia, las profesionales, las universitarias, las líderes de sus barrios, mujeres de cualquier edad, que tienen la ambición de ser líder y que sirven a otros con liderazgo, esas son las mujeres políticas.
No todas las mujeres toman la decisión de participar como candidatas a cargos de elección popular porque sienten que puede ser peligroso, porque no les gusta el ambiente, porque no cuentan con el apoyo, porque no tienen dinero, entre otros, sin embargo, las mujeres si participan activamente de reuniones comunitarias, de juntas de padres de familia en el colegio de sus hijos, de activismo en las iglesias y/o organizaciones benéficas, generando acciones reales de liderazgo y por supuesto acciones políticas.
Aún nos falta empoderarnos más para que en los espacios de representación pública exista un mayor número de mujeres electas, en Colombia sólo el 20% en los cuerpos de elección colegiada, que a veces no permite que se tenga otra visión frente a las decisiones de políticas públicas, una persuasión firme que permita mostrar nuevas formas de formulación, nuevas estructuras de pensamiento que faciliten abordar una manera empática de hacer política.
No es fácil dar el salto, sobre todo después de que el mundo fue paralizado por una pandemia, hoy se están construyendo en casas nuevos liderazgos, las personas se están reinventando y sobre todo las mujeres se están preparando, están estudiando y están dando ese salto que se requiere para cambiar sus comunidades e impactar vidas, ya sea desde sus emprendimientos, en su labor de ama de casa, desde su liderazgo vecinal o por supuesto del emprendimiento de una carrera política electoral que facilite y permita dar nuevas visiones para aportar a sus comunidades.
¿Qué se requiere?, desde la perspectiva de la candidatura, como toda buena candidata, persuadir, y la persuasión sólo se logra en la medida del conocimiento, en que la discusión se dé desde la argumentación y las evidencias, hay que luchar constantemente con los estereotipos que nos han sido impuestos, en los que sólo somos escuchadas si somos atractivas, en que las mujeres debemos agradar y en que la vehemencia y la contundencia sólo son características masculinas.
Desde la perspectiva ciudadana: Hay que apoyar a las mujeres, ser sororas, respaldar a aquellas valientes que inician este camino, sólo así lograremos mejorar las condiciones de vida de nuestras familias, comunidades y países.