Inicialmente, Shannon creyó que sus síntomas podrían ser una reacción pasajera o un error relacionado con el tratamiento que estaba utilizando. Sin embargo, con el tiempo, su condición empeoró y el dolor se volvió insoportable.
En la búsqueda constante de la imagen corporal perfecta, muchas personas recurren a medidas extremas que, en lugar de ayudar, ponen en peligro su salud.
Esto le sucedió a Shannon Flannery, una madre que casi pierde la vida después de utilizar una “inyección para bajar de peso” comprada en Instagram.
Madre compra un ‘tratamiento’ en Instagram para bajar de peso
El desesperado intento de Shannon por perder unos cuantos kilos antes de una boda de verano la llevó a adquirir un tratamiento supuestamente milagroso en línea.
Por desgracia, lo que comenzó como una búsqueda de confianza y bienestar terminó en una pesadilla médica que la dejó al borde de la muerte.
El producto en cuestión era una supuesta “inyección antigrasa”, que Shannon compró a través de un vendedor de Instagram. A pesar de las advertencias y el escepticismo, decidió probar el tratamiento, que prometía resultados rápidos y efectivos en la pérdida de peso.
Sin embargo, la realidad fue mucho más sombría de lo que Shannon esperaba. Después de administrarse las inyecciones durante apenas una semana, comenzó a experimentar síntomas alarmantes, que incluían vómitos constantes y sangrado al orinar.
“Simplemente me sentí aniquilada”, dijo. “Estuve vomitando durante cuatro días. También oriné sangre durante todo ese tiempo”, añadió.
Casi pierde la vida por el tratamiento para bajar de peso
Después de experimentar síntomas preocupantes, Shannon Flannery fue llevada de urgencia al hospital, donde recibió tratamiento por enfermedad y deshidratación.
En ese momento, Shannon estaba lidiando con una intensa agonía física y emocional. Sus síntomas eran tan graves que los médicos la admitieron inmediatamente y tomaron medidas para estabilizarla.
A pesar de su malestar, Shannon inicialmente pensó que sus síntomas podrían ser simplemente un error o una reacción temporal al tratamiento que estaba utilizando. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, su condición empeoraba y el dolor se volvía insoportable.
En la sala de emergencias, Shannon fue sometida a un tratamiento intensivo para controlar sus síntomas. Sin embargo, incluso las medidas más potentes contra las náuseas no lograron aliviar su malestar.
La gravedad de su situación quedó clara cuando uno de los médicos le advirtió a su madre que otra inyección podría haber sido fatal debido al estado precario de Shannon.
“Uno de los médicos le dijo a mi madre que, debido a lo enferma que estaba y lo bajas que eran mis observaciones, otra inyección podría haber sido fatal”, reveló.
Después de su estancia en el hospital, Shannon continuó su lucha contra el dolor y la enfermedad, sin tener apetito y experimentando un malestar persistente.
Su recuperación fue lenta y difícil, y durante al menos una semana, no pudo comer nada y continuó sintiéndose enferma y dolorida: “No tenía apetito, todavía tenía mucho dolor y me sentía mal”.
Después de su terrible experiencia, Shannon compartió su historia para advertir a otros sobre los peligros de estos productos no regulados y para instar a quienes buscan perder peso a hacerlo de manera segura y responsable, a través del ejercicio y una alimentación equilibrada.
“Definitivamente he aprendido la lección”, dijo. “No volveré a hacer nada parecido. Después me culpé incluso por haberlo comprado”, añadió.