A Kevin Daniel Garduño Solís “Warriors Metatrón” le sobran ganas y voluntad para ser campeón

Por Luis Ángel Rivera y Miguel Alonso Rivera

El boxeo es un desafío incomparable en el que cada peleador debe probarse a sí mismo cada vez que sube al ring, ser campeón es el sueño de un joven que sabe lo duro que es eso y está convencido que no hay edad para triunfar. “Cada quien tiene su historia y yo estoy escribiendo la mía”, aseguró.

Kevin Daniel Garduño Solís nació el 25 de enero de 1996 en la cuna de Inés Guadalupe Solís Rubio y el agente federal Juan Carlos Garduño Ortiz. Fue uno de sus tres hijos, tiene una hermana menor y un hermano mayor.

Quizás la herencia ha marcado su historia pues su bisabuelo también combatió con los puños arriba de un cuadrilátero y su padre fue un hombre disciplinado y diestro con las armas.

Desde los 18 años unió su vida a Janeth con quien ha procreado a Daniela, Daniel y Giret, que es una bebé; motores de su existencia y fuego para la motivación.

Hace dos años obtuvo su título de abogado y se alejó del gimnasio para dedicarse a litigar en un despacho privado. Sin embargo, regresó a la pasión del deporte que lo ha atrapado desde pequeño y prefirió emplearse como entrenador certificado de peleadores y atletas de alto rendimiento.

En su gimnasio “Warriors Metatrón”, que significa Guerreros en inglés y hace referencia al ángel Metatrón, ubicado por la avenida Jesús G. Andrade, entre las calles Juan José Ríos y Blvd. Gabriel Leyva Solano, enseña a sus pupilos los secretos del Kickboxing, Taekwondo, Boxeo y otras disciplinas de combate como Muay Thai, que son artes marciales mixtas y que considera un vehículo de superación física, espiritual, moral e intelectual.

La filosofía de su escuela se inspiró en Metatrón, mencionado en el libro de Enoc como el arcángel responsable de las transformaciones en la Tierra y quien ayuda a eliminar grandes obstáculos en la vida.

Metatrón representa la evolución del cuerpo físico, del cuerpo emocional y del cuerpo mental, en profunda unidad con el Cuerpo Espiritual, con el Alma y con el Creador en el núcleo de la conciencia suprema del verdadero Ser.

Con esa mística, apoya a sus alumnos para que alcancen su máximo potencial en las artes marciales mixtas y aprendan no solo a defenderse sino de ética y valores, a cuidar sus pensamientos y su cuerpo físico, mental y espiritual.

“Ese es el camino para desarrollar todas las habilidades que poseemos como seres humanos”, aseguró. “Siento que en mi otra vida fui un guerrero y no voy a parar hasta alcanzar mis metas, sé que es un proceso difícil, pero estoy pagando el precio”.

Desde niño ha acumulado una enorme cantidad de medallas, trofeos y reconocimientos que son fruto de esfuerzo, disciplina y sacrificio a través de muchos años de carrera deportiva.

A temprana edad su padre comenzó a inculcarle la pasión por el deporte, lo que lo llevó a practicar gimnasia, natación, atletismo, futbol y artes marciales, las cuales practica hace quince años.

También hace yoga, temascales, medita y respira para conectarse con el universo, enfocarse en sus objetivos y eliminar esas vocecitas que a veces hacen que cualquier persona vulnerable salga del juego de la vida.

Como peleador de Muay Thai, participó en torneos celebrados en Mazatlán, Mochis y Guasave, en los que siempre salió vencedor obteniendo los campeonatos. “El Muay Thai es un poco de todo pues se valen golpes de puño, patadas, rodillazos y codazos”, comentó.

Hace cuatro años su maestro migró a otra ciudad por razones de trabajo por lo que decidió abandonar el Muay Thai y se puso los guantes del boxeo para hacer sparring con peleadores profesionales y participar en combates olímpicos.

Desde su primer torneo estatal en Culiacán fue campeón en peso welter, que abarca a los boxeadores que pesan entre 64 y 69 kilogramos en el boxeo amateur.

Con gran sacrificio se ha preparado para cada pelea, cumpliendo con disciplina lo que le indican instructores y nutriólogos, cuidando su alimentación y dedicando tiempo y dinero a complementos vitamínicos y mucho gimnasio.

A sus 28 años busca debutar en el boxeo profesional, pero con respeto a sus rivales. “Hay que respetar al contrincante porque es una persona que también está buscando el mismo sueño con hambre y coraje”, apuntó.

También de los errores se aprende
Juega desde pequeño al fútbol. De niño siempre acudió con los visores buscadores de talentos y era elegido, pero nunca se concretaba nada. Fue dándose cuenta que las oportunidades se las daban a quienes tenían influencia en el universo del deporte. Al carecer de este tipo de relaciones sigue soñando con que alguien valore su talento y llevarlo a otro nivel.

“Debería existir apoyo para la música y el deporte como antídotos de enfermedades sociales como el narcotráfico y la delincuencia. Creo que la música y el deporte lo curan todo pues mantienen a los niños y a los jóvenes enfocados en algo que los nutre como seres humanos”, mencionó.

Sin embargo, en su máximo potencial tuvo una oportunidad que dejó ir en el fútbol cuando fue convocado a la segunda fase de una visoria del Cruz Azul para estudiar y jugar, pero no acudió porque en ese momento falleció su padre. En lugar de eso desvió su camino al andar con malas amistades durante ocho meses.

“De los errores también se aprende y te convierten en un auténtico guerrero. Todos los días me hago a la idea de que no hay edad para triunfar, cada quien tiene su historia y yo estoy escribiendo la mía”, dijo.

“Si tuviera todo el dinero del mundo –confesó- organizaría campamentos deportivos, colectivos en los cuales me gustaría formar comunidades unidas con una asociación que involucre instructores, maestros de educación física, fisioterapeutas, nutriólogos y todos los apoyos profesionales que requiere un deportista”.

“Llevaría a jóvenes a algún lugar fuera de la ciudad para podernos concentrar, que ellos vivan la experiencia que experimenta un atleta cuando está en preparación y que se puedan encontrar a sí mismos para dedicarse a lo que les apasione”, dijo.

Subrayó que el gobierno debería brindar más apoyo a los jóvenes con cualidades porque en otros países del primer mundo sí cuidan a sus talentos al cien por ciento, porque son figuras valiosas que los representan.

Uno de sus ejemplos a seguir en el boxeo es la leyenda Julio César Chávez, porque a pesar de su historia de alcoholismo y drogadicción reconoce en él a un guerrero que logró superar su adversidad arriba y abajo del ring. Es un guerrero que aprendió de sus errores y hoy es un mejor ser humano.

En sus tatuajes subraya que la vida es la luz de la humanidad
Se tatuó una princesa y compuso una canción cuando falleció su abuelita, una de las personas más queridas en su vida y que lo impulso a terminar su carrera. También se hizo otro tatuaje cuando murió su padre que dice “Hasta el último aliento”, su fecha de nacimiento y el versículo Juan 1:4 “En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad”.

“Todos tenemos una luz por dentro qué desarrollar y debemos transmitirla porque eso nos hace humanos: transmitir un buen mensaje al prójimo”, aseguró. La partida de su abuelita y su papá son dos eventos que lo marcaron.

En una canción que compuso al estilo regional mexicano dice: “En mi mirada está el guerrero, mis palabras son de fuego, mis pisadas son de acero y el poder en el cerebro, es convertido en oro el tiempo y la experiencia, mi familia y mi gente siempre cargo en mi conciencia y una oración hasta el cielo para el santo al que le rezo. Nunca fallo, siempre aprendo y el fracaso es mi maestro”.

En la vida hay que luchar como guerreros para realizar los sueños
“Luchen como guerreros todos los días para encontrar esa dopamina que a veces nos hace falta. No siempre estamos motivados pero cada día podemos generar hábitos atómicos que poco a poco irán generando ese músculo de resistencia en la mente”, recomendó.

“Utiliza tu tiempo en desarrollarte como ser humano –señaló-, cultiva tu cuerpo y tu espíritu. Puedes tener mucha condición física, pero no vas a avanzar si tu mente te falla, te interrumpe y te dice que no hagas ciertas cosas por depresión o distracciones como el celular y las redes sociales”.

“Recuerden –expresó para concluir- que somos compuestos por cuerpo y alma, el espíritu es la pasión que sobresale en la voluntad de un guerrero, más allá del entrenamiento es la voluntad que tiene cada persona para sobresalir. Eso es lo que hace la diferencia”.

El guerrero Kevin Daniel Garduño Solís “Warriors Metatrón” sabe que el camino para ser campeón no es fácil. Es un pedregoso sendero escarpado lleno de obstáculos y retos que debe vencer si quiere pertenecer a la pequeña élite de campeones.