Somos inútiles para gobernar, pero muy útiles para el que gobierna.
Exacto, se es inútil e ignorante para gobernar porque ignoramos ese gran principio, el cual se llama Gobernanza. Que, sin más detalles, significa el binomio Pueblo y Poder Ejecutivo (Gobernante), que debe existir para que un Pueblo sea bien gobernado, sin esa fórmula no existe un gobierno efectivo; así de simple.
Por eso, al ser inútiles e ignorantes en nuestra participación democrática y gubernamental, seguimos permitiendo, y generando que sigan utilizándonos como ciudadanía útil para ser manipulada y manejada al antojo de algunos cuantos para ejercer el poder de gobernar, legislar, y participar electoralmente, y después de ser utilizados para esos fines, convertirse cada ciudadano en un parasito socialmente democrático que requiere ser contralado, no eliminado, porque al ser controlado y manipulado se convierte en variante social para fines convenientes de poder desmedido, utilizando esa necesidad de estar mejor y de creer que somos considerados importantes, otra necesidad humana que saben muy bien cómo utilizarla quienes quieren dominar una sociedad débil de carácter y carente de conocimiento de su poder humanamente social. (lo vimos en la conversación pasada).
Un parásito si se elimina deja de afectar a su entorno, en cambio, si se controla y manipula, se convierte en un útil instrumento para intervenir en convenientes objetivos, sean para ayudar, o para seguir afectando, todo a conveniencia de quien puede controlarlos utilizando sus propias propiedades, fuerza y poder.
Comencemos con algunos ejemplos de esa manipulación política de la cual somos víctimas de nosotros mismos, ya que nosotros somos los que otorgamos el poder de nosotros mismos a quienes lo ejercen por nosotros, y se los damos porque creemos firme y ciegamente en ellos como los líderes de nuestros intereses, causas, dolores, decisiones, anhelos, motivaciones, deseos, esperanzas, fe, enojos, corajes, sueños, alegrías, tristezas, felicidad, hartazgos, desesperaciones y desesperanzas, así como decepciones, y no se diga necesidades de todo tipo; o sea, todo eso que nos mueve para tomar decisiones y acciones en todo ámbito de nuestras vidas, y ellos, quienes saben de todo esto, son los que aprovechan cada sensación y emoción humana para provocar acciones a su conveniencia solamente, hablase de Institutos políticos, personajes políticos públicos, líderes políticos y sociales, gobernantes, sindicatos, entre otros más.
Todos, absolutamente todos los anteriormente mencionados son instrumentos de la ciudadanía, pero gran parte del Pueblo lo ignora de manera tonta y absurda.
Cómo todo en la vida, no solo los “por qué” debemos saber, si no, principalmente, los “para qué” son lo más importantes distinguir y comprender, para así aprender, ya que es el punto principal del inicio de la comprensión del poder político que somos cada Ser Humano. Y los partidos políticos representan uno de los grandes factores del poder político de la sociedad, encerrando todas las causas posibles que puedan abanderar en cualquier sector de la sociedad.
Primer ejemplo, los Partidos Políticos, ¿Por qué y para qué comienzo por ellos? Porque son el primer ente público, oficial, que sirve para representar a sectores de la sociedad y construyen fuertes herramientas políticas que trabajen a favor de la ciudadanía en su desarrollo y bienestar humanamente social, con ello logran espacios en el ejercicio público, llámese Poder Ejecutivo, Legislativo, y Judicial, por mencionar los principales espacios de poder, así como en las entidades gubernamentales para el servicio público en todas sus áreas en todos los niveles de gobierno.
Entonces, dimensionando la importancia de poder que pueden tener los institutos políticos cómo instrumento para lograr lo mencionado ¿comprenden la magnitud del poder que se les brinda cada ciudadano que integra a esos partidos? Sea la que sea su participación en ellos: Integrantes de su estructura administrativa; dirigentes; estructuras operativas territoriales; militantes en sus múltiples sectores y organizaciones que los integran; simpatizantes, etc.
Cada uno de éstos individuos que conforman así a los partidos generan la construcción de los mismos, así como su trabajo y logros partidistas.
Dicho lo anterior ¿quién construye a los partidos políticos? ¿quién es la fuerza, energía y poder de cada partido? ¿Quiénes logran llevar a esos cargos públicos a esos políticos emanados e integrantes de esos institutos políticos? ¡LOS CIUDADANOS! Tanto los que lo integran como los que simpatizan y votan por ellos, por las razones que sean, pero los votan.
¿Se dan cuenta quién es el instrumento de quién?
El instrumento del Pueblo es ellos, eso, los partidos políticos, pero sucede que se termina siendo, cómo ciudadano, el insumo más importante de los partidos, en vez de nosotros utilizarlos a ellos, como lo describo siempre. Es absurdo ver la manera que esos partidos se aprovechan de ese poder del Pueblo para construir sus imperios y cacicazgos políticos, convirtiendo el poder de la participación social democrática en su principal herramienta para llegar a ejecutar el poder gubernamental, haciendo creer a los demás que ellos son los que mandan, los que importan y son los poderosos, pero es todo lo contrario, ya que los que los pusieron su trasero en ese curul, silla o cualquier espacio público, fue el Pueblo con su poder de participación, decisión y acción, no más.
Entonces, ¿quién es el verdadero Poder? ¿quiénes son los que realmente mandan? ¿quiénes son los que en verdad construyen los partidos políticos? ¿Quiénes son ese poder que pone los gobiernos? Y QUE, POR SUPUESTO, LOS PUEDEN QUITAR EN EL MOMENTO QUE LO DESEEN, DESTRUIR Y TRANSFORMAR:
¡Tú, yo, y los demás, somos ese grandioso y maravilloso Poder!
Entender, comprender y aprenderlo, es la cuestión, repito, pero más que nada, el objetivo.
Continuaremos con los ejemplos en nuestra próxima conversación.
Bendiciones todas.