Fotos y texto: Luis Fernando Valencia, material exclusivo para Fuentes Fidedignas.
El día que entrevisté al actor mexicano, Eduardo Yañez Luévano –década de los noventas– en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, un servidor ya estaba advertido de su mal temperamento.
Sin embargo, fue gentil en todo momento. El galán de exitosas telenovelas es originario de Toluca, Estado de México y es un experto en boxeo y Tae Kwon Do –sin exagerar–, él mismo advierte que mientras no se metan con su vida privada todo estará perfecto, de lo contrario “el golpe avisa” y así lo ha demostrado con colegas que se han atrevido a cuestionarlo sobre su hijo y la presunta relación sentimental con el “Señor Telenovela”, Ernesto Alonso (El Maleficio, 1983).
Al respecto, el protagonista de “Corazón Salvaje”, “Amores Verdaderos” y “Destilando Amor”, aclaró: “Yo amé –fraternalmente– a un hombre, fue el que me dio todas las oportunidades –Ernesto Alonso–, pero de eso a lo que dicen hay una gran distancia. Lo amé como si fuera mi padre. La gente siempre tiende a confundir las cosas pero a mí me vale (sic). Yo a él le debo toda mi vida“.
Yañez aceptó tener mal genio cuando invaden sus espacios, “y es que no voy a permitir que se metan conmigo o con mi familia, jamás… he sido un hombre muy reservado con mi vida personal“.
A sus 63 años, es considerado uno de los mejores actores de México, con una gran capacidad histriónica, a toda prueba, ejemplo de ello son sus telenovelas vistas en todo el mundo; “Amores con Trampa”, “Fuego en la Sangre” y “Falsa Identidad”, siendo esta última la que le causara varios dolores de cabeza al interpretar al malvado Mateo Corona, a causa de este personaje estuvo en profunda depresión tras meterse de lleno en el papel y no dar crédito hasta dónde puede llegar la maldad de la humanidad.
“Nunca he pensado que me falta salud mental… soy un ser humano como cualquier otro, que reacciona a todos los estímulos… a veces estoy de buenas y a veces de malas…“, concluyó el actor criticado de ser “bipolar.
Actualmente, tiene sus residencias de descanso en la Ciudad de México, Miami y Los Angeles. Con este antes y después, Eduardo Yañez se muestra como un simple mortal, tal como es, imperfecto y dispuesto a enmendar sus errores… eso sí, sin permitir que nadie se meta en su vida privada, de lo contrario “el golpe avisa”, ya lo saben.
¡Y hasta la próxima!