Estas semanas han estado plagadas de información sobre la designación del Rector en la UAdeO, en forma irónica he mencionado a amigos: “Se dará primero una Huelga en la UAdeO que en la UAS”, una expresión que en sí demuestra el atraso en la participación política en la Educación Superior de Sinaloa.
La Universidad Autónoma Indígena de México (UIAM), ubicada en el norte de Sinaloa, ha estado en silencio mientras se presenta este entorno de crispación en la UAdeO y la UAS, pero además son las demás instituciones educativas que dependen directamente del estado como los Tecnológicos, las Universidades del Bienestar, en donde la democracia brilla por su ausencia o en la UPES, ENs y la ENEES, lo que nos indica que se hace necesario un estudio integral de la Educación Superior en Sinaloa y en México.
Lejos de resolver la participación democrática en la IES -instituciones de educación superior- de Sinaloa, el debate al respecto de su proceso de democratización está estancado desde 2018, a pesar de las iniciativas presentadas antes de la puesta en marcha de la Ley de Educación Superior en el país, ley que está en vigencia desde 2021.
La gratuidad de la educación Superior, la democracia interna dentro de las instituciones no es un tema nuevo, la Generación de 1990 en México enfrentamos a la Universidad Neoliberal, que corrió a sus anchas en la década del 2000 del siglo pasado y las dos primeras de este siglo XXI, atrasando la participación ciudadana y limitando el desarrollo del Capital Cultural en el país.
Hoy nos enfrentamos a un escenario de escasas luces planteado por un gobierno universitario, el de Rubén Rocha Moya, que siempre se ha opuesto a la Reforma Universitaria y por otro lado la “elite” burocrática que se formó en el Salinismo, heredera de la Universidad Neoliberal, siempre en un callejón sin salida, sin un plan de desarrollo para potenciar a la Universidad y sacarla de la lógica de “Cursos de Capacitación” de la Universidad Dual, un proyecto atrasado de los empresarios “Mexicanos”.
Es claro que el entretenimiento en la Cámara de Diputados de la Reforma Universitaria tiene que llegar a su fin, la pregunta es ¿De qué ha servido tanto desgaste? ¿Para quién es favorable este espectáculo? Esperemos que los Diputados se pongan a trabajar, pensando más allá del claustro y los debates bizantinos.