Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
Javier Gerardo Milei tiene 53 años, nació en Buenos Aires y creció en el barrio de Palermo. Para entender el fenómeno desatado por el presidente electo de Argentina es necesario conocer un poco de sus antecedentes.
Nació en familia de clase media. Su padre fue empresario de transporte en Buenos Aires y su madre se dedicó a ser ama de casa. Tuvo una relación difícil con sus padres. Milei acepta que sus padres lo maltrataron físicamente. Durante mucho tiempo no tuvieron contacto debido a no compartir los mismos valores morales (Según los dichos por el propio Milei). Algunas de las frases de Milei sobre sus padres: “Mis padres eran tóxicos”. “Recibí maltratos psicológico y físico de mi padre. Recibía muchas palizas, pero eso me ayudó a tomar mejores decisiones en la vida”.“Mis padres son seres nefastos”.
Las relaciones familiares formaron gran parte de la personalidad hosca, huraña y agresiva con el resto de la sociedad del hoy presidente electo del austral país. Los detractores de Milei lo consideran un ultraderechista, pero en las definiciones de ultraderecha se parte de una defensa irrestricta a los valores de las familias tradicionales. No es así para el caso de Milei. Nunca se ha casado y se niega a tener hijos. No comparte la visión de familias tradicionales
Estudió en un colegio católico en su formación primaria y secundaria (Cardenal Copello). En esa institución fue apodado “El Loco” por sus compañeros. Sufría de arranques repentinos de furia; sus compañeros lo acosaban y no tuvo relaciones de amistad con ellos.
Otra de las grandes críticas a Milei y su relación ideológica con la ultraderecha se desmorona cuando el hoy presidente de Argentina está en plena pelea con el Papa y la Iglesia Católica. Su paso por colegios católicos, lejos de adoctrinarlo en el cristianismo, lo alejó de las creencias dogmáticas. La ultraderecha se base en fuertes bases religiosas; una vez más, no es así para Milei.
Decidió convertirse en portero profesional en sus años de juventud. Jugó para las fuerzas inferiores del club Chacaritas Junior. En 1978 abandona el futbol y decide estudiar economía. Es un aficionado al grupo de rock inglés Rolling Stones; en su adolescencia formó un grupo en tributo a la agrupación inglesa. Es licenciado en Economía de la Universidad de Belgrano. Realizó un posgrado en Teoría Económica en el Instituto de Desarrollo Económico y Social y un posgrado en Economía en la Universidad Torcuato DiTella.En los 90’s fue Economista en jefe de AFJP (Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones); y el asesor asignado por el gobierno argentino (Menen) al CIADI (organismo del Banco Mundial).
Muchos aseguran que Milei es igual que Bolsonaro o Trump. No lo veo así. Milei tiene una preparación técnica y experiencia laboral superior a sus supuestas contrapartes. Trump y Bolsonaro defienden al libre mercado, pero ambos consideran que el Estado debe de elegir la forma de hacer negocio entre privados; en cambio, el nuevo presidente de Argentina pretende que todas las empresas compitan de una manera feroz sin intervención de los gobiernos. Pretende reducir al máximo la participación del Estado en la economía. Trump y Bolsonaro quieren un capitalismo de cuates. Milei quiere que todos compitan.
En el terreno político en febrero de 2019, Milei anunció su adhesión al partido Libertario para ser nombrado presidente honorario. El 10 de diciembre fue electo diputado por un distrito en la ciudad de Buenos Aires. Ese mismo año fundó el movimiento Libertad Avanza. En un inicio, Milei decidió postularse por un movimiento denominado Frente Despertar que, con el tiempo, se convirtió en Avanza Libertad. Abandonó esta agrupación y construyó su propio movimiento denominado Libertad Avanza.
Javier Milei se impuso por fuera de los partidos políticos. Destruyó un sistema que coartaba las libertades de los ciudadanos en materia política e impulsa un modelo económico que empodera las libertades individuales al momento de elegir opciones. Es un personaje excéntrico. Su vida es bizarra y extraña. Muchas de sus propuestas chocan con la narrativa moderna del progresismo colonizador; sin embargo, Milei demostró que se puede ganar desde la derecha. Sin necesidad de esconderse para no enfrentar la colera de la progresía. Fue necesario un energúmeno para enfrentar a otra banda de energúmenos.
¿Usted qué opina amable lector? ¿Tiene miedo de la derecha o tiene miedo de Milei?