Hace cuatro años, niños y adultos, ricos y pobres, absolutamente todos fuimos moneda de cambio para el narcoestado; rehenes de una horrible realidad. Narcoterrorismo sembrado pánico ante autoridades (estatales y federales) silenciadas ante el estruendo de las explosiones y las balas.
Los pequeños salían de clases y algunos adultos salíamos del trabajo, era la hora pico del 17 de octubre cuando inicio el infierno. Durante más de 4 horas, las fuerzas de seguridad lograron capturar Ovidio Guzmán, hijo de ‘El Chapo’, se enfrentaron a integrantes del Cártel de Sinaloa y, finalmente, fueron instruidos a dejarlo en libertad a causa de la ola de violencia que se desató en lo que ahora conocemos como el ‘Culiacanazo’.
Ese día le rogué a Dios. A pesar de considerarme atea, el pánico me obligó a rogar a lo que fuera para que mis seres queridos estuvieran a salgo y parara el caos que estaba viviendo Culiacán, porque las personas honoradas nunca deben vivir algo similar. Cientos de inocentes fuimos testigos de cómo el cáncer del narcotráfico nos tiene invadidos; familias corriendo por sus vidas, gente trabajadora, estudiantes y niños buscando dónde resguardarse, siendo testigos de algo que jamás deben ver.
Ese “Jueves Negro”, el miedo se apoderó de mí, mis manos no paran de temblar, la impotencia me invadió al saber que mis sobrinos al igual que otros niños fueron testigos de la inmundicia del ser humano. Rogué para que lo de ese día jamás se volviera a repetir.
La detención y posterior liberación de El Ratón dejó un saldo de ocho muertos ―cuatro civiles, militares y elementos del crimen organizado―, al menos 21 heridos, cerca de una veintena de bloqueos de calles y carreteras, catorce enfrentamientos y también provocó la fuga de 51 internos del Centro Penitenciario de Aguaruto.
Lamentablemente, no fue la única vez, en un segundo operativo que sí culminó con la detención y posterior extradición de Ovidio Guzmán a Estados Unidos, se llevó a cabo el 5 de enero de 2023 en el poblado de Jesús María, Culiacán, mismo que dejó un saldo de 29 muertos: 10 militares y 19 presuntos integrantes del grupo criminal.