Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
Las guerras universitarias siempre han sido cruentas. Los grupos políticos al interior de la UAS tienen una historia de conflictos desde los años 60’s hasta la fecha. Muchas de las querellas actuales se remontan a los tiempos de juventud de los protagonistas actuales de la pelea. Las UAS Wars saltaron de los campus universitarios a los palacios de gobiernos y congresos.
Queda en el imaginario del lector elegir quien representa al imperio intergaláctico y quien a los rebeldes en esta saga de guerras por una galaxia muy muy Rosalina. Poner el caso de Darth Vader o el trono del emperador a cualquiera de las partes en disputa es un ejercicio muy divertido, más si consideramos que los disfraces se intercambian de una semana a otra entre los participantes. Un día, uno de los implicado puede calzarse las mallas de Luke y, al mismo tiempo, entregarse al lado oscuro para borrar del mapa cualquier vestigio de libertad que pueda existir en el universo uaseño.
La guerra en la que está enfrascada el alma mater de cientos de miles de sinaloenses parece no tener fin. Claramente hay dos grupos en disputa. Curiosamente, los participantes de esos grupos en algún momento de la historia universitaria y en otras sagas fueron aliados inamovibles, pero el poder los separó; hoy luchan en trincheras diferentes cuando antes compartían las mismas penurias cuando el sistema los perseguía. Hoy, ambas partes son el sistema.
Héctor Melesio Cuén está dando la batalla, la última batalla dicen algunos. La UAS está en disputa y no habrá premio de consolación para el perdedor. Cuén y sus fuerzas Paseñas liberan una feroz batalla en contra de los ejércitos del Congreso y Palacio de Gobierno. Andanadas jurídicas se disparan constantemente en contra del dirigente del PAS y sus aliados. El actual rector, Jesús Madueña Molina está sintiendo la metralla en carne propia. Muchos temen que pueda ser enviado directo a las fauces del Sarlacc (monstruo mítico del desierto que aparece en el Regreso del Jedi) como sacrificio para tranquilizar un poco las hostilidades. No será así; en caso de existir el sacrificio, las hostilidades crecerán hasta escalar la guerra a lugares insospechados.
El pretexto para iniciar el nuevo capítulo de la saga de las UAS Wars es el mal manejo de los recursos financiero al interior de la universidad. Desde luego que es un pretexto válido. Nadie mantiene un imperio intergaláctico universitario o un ejército rebelde (depende donde quiera poner usted a las fuerzas de Héctor Melesio Cuen y Jesús Madueña) con una administración prístina. En la contabilidad universitaria deben de existir algunos errores de redondeo difíciles de explicar o un manejo de la nómina heterodoxo.
Jesús Madueña, rector de la UAS, es el primer rector que tiene que presentarse ante un juez para evitar ir a la cárcel. Eso no sucedió ni siquiera en el los años más álgidos de enfrentamientos entre universitarios donde, incluso, se llegaron a presentar muertos. No sucedió en la época de los 80’s cuando Toledo Corro quería arrebatar a la UAS las escuelas preparatorias y el gobierno estatal utilizó todo tipo de presiones. Es ahora, cuando las peleas intestinas recurrentes en la UAS se desarrollan en ámbitos generales que veremos la imagen histórica de un rector frente a un juez.
Seguramente, los universitarios tendrán días de zozobra frente a ellos. Madueña está en riesgo de no terminar su administración. Lo puede hacer por mutuo propio al requerir licencia para defenderse en los tribunales sin tener que soportar la carga de la administración universitaria.
Héctor Melesio Cuen demostró que es muy rentable mantener el control político de la universidad por casi dos décadas. Es tan redituable que muchos quieren echarle el guante encima y mandar al retiro al maestro para tomar el poder para ellos mismos. En la película de las guerras universitarias no hay buenos ni malos. Todos son buenos y todos son malos. No hay diferencia. La academia es el pretexto, pero el poder es la verdadera motivación. Imperio y rebeldes son parte de las mismas luchas. Para desgracia de los universitarios, en las UAS Wars abundan más los Jabba The Hutt que los tiernos y adorables Ewoks; tienen más mercenarios que Boba Fett y muy pocos sabios como Yoda.
¿Usted qué opina, amable lector? ¿Quién se queda con la UAS: Rebeldes o el Imperio?