Un estudio detectó el opioide en 57 por ciento de drogas fronterizas. La intoxicación por fentanilo crece 155 por ciento, principalmente en Sonora, BC y Sinaloa
La llegada de tres niños en busca de ayuda porque su primera droga de consumo fue fentanilo impactó al personal de Unidos con Esperanza AC, un centro especializado en tratamiento de adicciones, en Tijuana. Sus edades, entre 12 y 13 años, representaron un episodio inédito.
A la organización no habían ingresado pacientes menores intoxicados con el opioide. A principios de año, un grupo de niños se reunió en una fiesta. Uno de ellos llevó pastillas de fentanilo y algunos consumieron varias. Tres fueron hospitalizados, entre ellos Jeremías, de 12 años, quien, por iniciativa de su mamá, ingresó a rehabilitación.
Jeremías, nombre empleado para proteger su identidad, presentaba conductas de riesgo, expone Angélica Medina, directora del centro. Era desafiante y poco tolerante a la autoridad en casa y escuela. Los centros de rehabilitación en Tijuana enfrentan el reto de la reconfiguración del mercado de narcóticos en la zona.
Medina hace un recuento: los jóvenes que solicitaban atención, hace una década, se iniciaban en el consumo de drogas con heroína. Después, con cristal o metanfetamina. Desde 2018, empezaron a llegar consumidores de fentanilo, la droga sintética 50 veces más potente que la heroína y que ha causado miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
En Unidos con Esperanza se han atendido a una decena de pacientes con consumo problemático del opioide. “Este año aumentó la preocupación. Jóvenes están iniciando a tomarlo a edades muy tempranas”, advierte Medina. Detalla que, por intoxicación, los usuarios estuvieron, primero, en la Cruz Roja o algún hospital, pues estuvieron en peligro de muerte.
Que un niño lleve fentanilo a una fiesta confirma la alta disponibilidad de esa y otras sustancias emergentes, explica. Ruega que no predomine porque sabe que los efectos son devastadores y mortales.
Una investigación de MILENIO, basada en datos oficiales proporcionados por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), indican que la demanda de atención por uso de fentanilo en México fue de un promedio de 2.8 casos de 2013 a 2017, en 2018 subió a 10, en 2019 a 25, en 2020 a 72 y en 2021 a 184. Tomando en cuenta estos últimos dos años, el aumento es de 155 por ciento.
El registro de uso de fentanilo fue recabado por organizaciones civiles que implementan acciones de reducción de daños, y por la Red Nacional de Atención a las Adicciones, conformada por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA), Centros de Atención Primaria de Adicciones (CAPA) y Centros de Integración Juvenil (CIJ).