Te compartimos tres métodos para eliminar tatuajes. Aquí te contamos en qué consiste cada uno de ellos y lo que hay que considerar.
No todo en la vida es perfecto y aplica también para los tatuajes. A veces pasa que nos hacemos un tatuaje con la ilusión de que se verá sensacional en nuestro cuerpo, pero el resultado no nos satisface; lo hiciste hace tiempo y ya no concuerda con tu personalidad, ya se ve borroso o simplemente ya no lo quieres más en tu piel y la opción es eliminarlo.
De acuerdo con Mayo Clinic, las técnicas que se utilizan para eliminar un tatuaje no deseado son la cirugía láser, la eliminación quirúrgica y la dermoabrasión. A continuación te platicamos más de ellas.
¿Cómo se hace un tatuaje?
Primero, es importante que sepas cómo es que se crea un tatuaje en tu piel.
La organización indica que un tatuaje es una marca o diseño permanente que se hace en la piel con pigmentos que se insertan mediante una máquina que perfora la piel en repetidas ocasiones.
Este procedimiento, que se hace sin anestesia, suele provocar un ligero sangrado y un dolor de leve a potencialmente significativo.
Hacerlos también implica posibles riesgos como reacciones alérgicas a las tintas que pueden ser inmediatas o posteriores, incluso años después de haberse hecho el tatuaje; infecciones en la piel; queloides, áreas elevadas causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatrizal; enfermedades transmitidas por la sangre, esto ya que si el equipo con el que se hace un tatuaje está contaminado con sangre contaminada puede derivar en enfermedades como hepatitis B y C.
¿Cómo eliminar un tatuaje?
Si te haces un tatuaje y por cualquier razón simplemente deseas eliminarlo de tu piel, debes contemplar que existen estas tres formas diferentes en que podrás retirarlo de tu cuerpo:
Cirugía láser
Los láseres Q-switched liberan energía en un pulso único y potente, son el tratamiento más usado para retirar tatuajes de la piel.
Primero se adormece la piel con una inyección de anestesia local. Posteriormente se aplica un potente pulso de energía en la zona para calentar y desfragmentar la tinta.
En el caso de aquellos tatuajes que cuentan con diversos colores se podrían necesitar tratamientos con varios láseres y diferentes longitudes de onda.
Después del procedimiento, es posible que observes hinchazón y, quizás, ampollas o sangrado. En algunas ocasiones se requiere de varias sesiones para aclarar el tatuaje y podría no ser posible borrarlo por completo.
Extirpación quirúrgica
Esta técnica es considerada una de las más invasivas ya que consiste en retirar el tatuaje con bisturí.
Primero se insensibiliza la piel con una inyección de anestesia local. Después, con un bisturí, se elimina el tatuaje y los bordes de la piel se unen con puntos.
Este método es eficaz, pero suele dejar una cicatriz en la piel.
Dermoabrasión
En este procedimiento la piel suele enfriarse hasta que queda insensibilizada.
Posteriormente la piel tatuada se “lija” hasta llegar a niveles más profundos con un dispositivo rotatorio de alta velocidad que cuenta con una rueda o cepillo abrasivo. Esto permite que la tinta del tatuaje drene por la piel.
Posterior al procedimiento se sentirá dolor e irritación en el área varios días después del procedimiento y la recuperación puede tardar de dos a tres semanas como máximo.
La organización indica que debido a que los resultados son poco predecibles y menos eficaces que con láser o con una combinación de láser y escisión, la dermoabrasión no es una opción frecuente.
Riesgos de quitarse un tatuaje
Entre los riesgos los especialistas señalan el que queden cicatrices después de la mayoría de los tipos de eliminación de tatuajes; infecciones o cambios de color en la piel.
Se recomienda que antes de determinar el método que usarás para eliminar un tatuaje consultes a un dermatólogo, quien te dirá las opciones y te ayudará a elegir el mejor procedimiento.