Cada temporada de lluvias, con cada caída de lluvia, todos los culichis sufren; ricos y pobres, en menor o mayor afectación. Ya sea por el tráfico, bloqueo de vialidades, inundaciones, filtraciones de agua en los hogares o falta del servicio de energía eléctrica. Algunos de estos problemas, tendrían una solución simple: poner la basura en su lugar.
“¡Ya nos inundamos otra vez!” “¡Pinche gobierno hace nada!”, “¡Todos los políticos son unos flojos!”. Nos quejamos y nos quejamos de nuestros servidores públicos pero qué hacemos como ciudadanos. ¿También tienen que andar detrás de nosotros con una bolsa para la basura o cuidando que la tiremos donde se debe?
Exigimos un comportamiento recto de los gobernantes pero tiramos basura en las calles, ponemos “diablitos” para robar luz, cable, internet y lo que se pueda; compramos membresías “patito” de diferentes servicios, pagamos a “coyotes” para hacer nuestros trámites más rápido, compramos cosas que sabemos que son robadas, damos mordida para poder manejar ebrios, pasarnos altos e ir a exceso de velocidad; solapamos la violencia y la corrupción, engrandecemos al que infringe la ley y humillamos al que la respeta.
Y claro, no excusa a la autoridades de hacer su trabajo y corregir lo necesario para salvaguardar la vida de sus habitantes. La ciudad necesita modernizar su estructura de drenaje y alcantarillado, mejorar su sistema de recolección de basura, arreglar vialidades, entre otras cosas. Pero lo cierto es que no hay gobierno sin gobernados, y viceversa. Por ende, para que las cosas mejoren debemos trabajar en conjunto, exigiendo pero cumpliendo con nuestras responsabilidades como civiles.
Quien llegue a gobernarnos no podrá cambiar las condiciones en las que vivimos, si nosotros como ciudadanos no hacemos lo que nos corresponde. No olvidemos que el gobierno es un reflejo de nuestra sociedad. ¿Y tú, qué ofreces cuando exiges?