El diario The Washington Post detalló que personal del buró antidrogas de EU ya lo había ubicado desde hace tiempo
SAN DIEGO. La Administración para el Control de Drogas (DEA) ubicó a Rafael Caro Quintero, reclutó a familiares del narcotraficante para detenerlo, y, en anonimato, contradijo la versión de que fueron únicamente autoridades mexicanas las que llevaron a cabo el arresto del narcotraficante, reveló el diario The Washington Post.
“Las autoridades estadunidenses dicen que hace mucho tiempo identificaron dónde vivía Caro Quintero en la zona rural de Sinaloa, a sólo unas pocas millas de una base militar mexicana, en un pueblo que dirigía como un feudo”, publicó el Post.
El más buscado por la DEA “se movía en motocicleta y cuatrimoto, custodiado por equipos de seguridad que rotaban cada semana”, agregó.
“La DEA había convertido a algunos de los familiares de Caro Quintero en informantes”, dijo un exalto funcionario estadounidense, “e incluso sabía qué caminos de terracería tomaba para visitar a sus novias”.
Los nuevos datos se publican a poco más de una semana de la detención de Caro Quintero en Sinaloa y cuando miembros de los gabinetes de ambos países han expresado compromiso de buscar su pronta extradición a California.
Ambos países planificaron una docena de operaciones de captura de Caro Quintero, que resultaron fallidas a lo largo de nueve años.
Las operaciones, de parte de la DEA, estuvieron bajo el mando del Grupo de Trabajo RCQ, por las iniciales de Caro Quintero.
“Según el administrador interino de la DEA en 2020 y 2021, Timothy Shea, la detención de Caro Quintero debió hacerse hacía mucho, pero “el gobierno de México actúa sólo cuando es de su interés político actuar”, dijo el exfuncionario.
El diario informó que miembros actuales y anteriores del Grupo de Trabajo RCQ contradijeron al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Cuando Caro Quintero fue capturada el 15 de julio, López Obrador afirmó que la operación fue planeada y ejecutada en su totalidad por México. Los miembros actuales y anteriores del Grupo de Trabajo lo calificaron de absurdo, al decir que habían estado proporcionando información de inteligencia a la Marina y al Ejército mexicanos durante nueve años”, informó.
The Washington Post aclaró que “debido a la sensibilidad de la misión”, esos integrantes y ex miembros del grupo de trabajo hablaron bajo condición de anonimato.