Cuando me preguntan de dónde soy, les digo que ni de aquí ni de allá; pero cuando me cuestionan de dónde vengo, les digo que de un lugar pequeño, pero mágico: de El Fuerte de Montesclaros.
Crecí en un lugar del norte de Sinaloa, México, donde se albergan innumerables historias que transcurrieron en sus callejones, calles adoquinadas y hermosas edificaciones desde hace más de 450 años.
Su hermoso y caudaloso Río Fuerte, antes Río Zuaque, recorre todo el territorio del municipio y es un punto de reunión obligado. Su presa y sus torneos de pesca son famosos en la región; y sin duda, iniciar el recorrido en El Chepe hacia las Barrancas del Cobre es algo imperdible. La leyenda de El Zorro cautiva a propios y extranjeros que visitan El Fuerte.
Es un sitio donde pocos tenemos la dicha de crecer, donde íbamos caminando solos a cualquier sitio y jugábamos sin temor en las calles; el deporte y las actividades artísticas siempre formaban parte de nuestras tardes; los fines de semana de rigor se pasan con la familia y amigos en la presa, el río o comiendo algo delicioso en la Plaza de Armas.
Todo el que vive o ha vivido en El Fuerte, expresa su orgullo por este lugar mágico, donde las tradiciones permanecen arraigadas, donde el olor a tierra mojada se respira mejor que en cualquier otro lado, donde a pesar de que seas un foráneo te saludaremos y te haremos sentir igual o mejor que en casa, y siempre… siempre querrás volver.
La próxima semana, cumplirá 458 años de su fundación este lugar que fue declarado Pueblo Mágico en el 2009. Por eso se llevará a cabo el Festival de San Juan de Carapoa del 23 al 26 de junio, dentro del cual se albergará el Primer Festival de la Pitaya y la Naranjita, así como el Primer Festival del Callo.
Se tendrá un encuentro intereducativo con alumnos, padres de familia y maestros del sistema indigena; una conferencia por la etnomusicologa Brenda Paola Ruiz en el Museo Mirador; así como una fiesta yoreme a partir de las 8:00 de la noche del 23 a las 12:00 del mediodía del 24.