Estaba yo desempleada y con un futuro incierto por mi condición de salud, pero fue un llamado de Luis Enrique quien me trajo de nuevo a los medios de comunicación y desde ese entonces creo que me anclé a Fuentes Fidedignas, sin estar en la calle, pero detrás de una computadora informando y aprendiendo día a día.
Luis Enrique era de pocas palabras, pero cuando tomaba aprecio por alguien lo hizo con todo su corazón. Lazos familiares me envolvieron dentro de sus cuidados, quien en todo momento se mostró comprensivo y me siguió dando la confianza para estar en su portal.
El día de su llamado a la casa del Padre Celestial no fue como él lo merecía, pero la Justicia Divina se encargará de dar su merecido a quien de forma tan cobarde se llevó la inspiración de muchos profesionales a ser como él.
Luis, aquí seguiré apoyándote desde mi computadora y dando diariamente mi mayor esfuerzo para que el nombre del portal que tú lanzaste con tanta dedicación sea una huella de tu paso por este mundo. Saludos hasta el cielo mi estimado.
-Ángeles Jacobo (Angie de cariño para ti)