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¡Hola! Hoy me encuentro muy feliz, porque no siempre se logra hacer realidad un sueño, y aunque resulte ser efímero, no deja de ser un sueño cumplido.
En el transcurso de mi vida, que ya es casi es medio siglo, siempre he admirado a las personas que son capaces de crear cosas maravillosas, y más a aquellas que tienen la virtud de poder expresar y transmitir por medio de la palabra escrita las emociones que nos hacen ser humanos, esos sentimientos que logran engrandecer corazones, pero también aquellas palabras que pueden llegar a corromper el alma.
Es reconfortante para el alma, a través de la palabra escrita poder llegar a lo más profundo de nuestros corazones, ya que estas son la fuerza que puede llegar a endurecer corazones, pero también esa fuerza que puede tirar muros y reconstruir naciones.
Sí, como ya se dieron cuenta, esta es la primera vez que me presento a ustedes. Sé que muchos por no decir que todos, no me conocen y se han de preguntar ¿Quién es esta persona que osa tener el derecho de escribir en una columna? Simplemente soy una habitante de esta ciudad y de este mundo que espera que por medio de la palabra, si me es posible, pueda despertar alguna conciencia o recapacitar sobre la vida misma a través de anécdotas, algunas veces personales y algunas otras de terceras personas, pero con la intención de colaborar de alguna ha hacernos mejores personas.
Cuéntame, ¿Tú tienes alguno sueño? ¿Qué te gustaría hacer que aun no lo hayas intentado? ¿Qué te impide realizarlo? Creo que la respuesta a esta última es el miedo, y lo sé porque yo lo sentí. Miedo, esa palabra que te hace sentir rígido, inmóvil, incapaz y por qué no, fracasado sin aun intentarlo. Ese miedo que te hace perderte entre tu propio yo y que te grita tan fuerte ¨NO PODRÁS¨, ¨SÓLO HARÁS EL RIDÍCUO¨, entonces te paralizas y prefieres no intentar.
Fue lo que sentí cuando me propusieron este proyecto, inmediatamente me sentí incapaz de realizarlo y dejaba pasar el tiempo, solo pensando en el fracaso, hasta que tomé valor, sujeté pluma y tome papel, y las palabras empezaron a desbordarse como el caudal de un río, como la intensa lluvia que se presenta sin avisar. No hay que escuchar al “YO NO PUEDO”, ese monstruo de mil cabezas que te pega al piso para incapacitarte e impedir que vueles y que logres sentir el aire de la libertad.
No tengas miedo, inténtalo, sé libre, rompe las cadenas que te impide realizar tus sueños ¿Quieres bailar? Baila, ¿Quieres tatuarte? Tatúate, ¿Quieres amar? Ama sin miedo, pero sin lastimar a nadie y sobre todo sin lastimarte a ti mismo, ¿Tienes 50 años y quieres estudiar? Estudia, nunca es tarde para aprender cosas nuevas, hazlo. ¿Qué te lo impide?, si rompemos las cadenas del miedo seremos seres libres y pensantes. Disfruta a la persona que amas, haz el bien, que el mal cada uno se lo hace solo y para eso no se necesita ayuda.
Te agradezco que me leas, con esto ya hiciste mi sueño realidad y si por alguna razón no nos volvemos a encontrar, de cualquier manera, seré feliz por que lo traté, y no me quedé atado al miedo del fracaso.
Tu también libérate, vive, canta, sonríe, lucha ya que hay demasiados conflictos en la vida como para que permitamos que también nos quiten la ilusión de vivir y luchar por lo que queremos inténtalo, aunque sea una vez y con eso serás ganador y libre.
Vence el miedo y atrévete.
Nos leeremos próxima semana. ¡Los espero!
