La halterófila de Nueva Zelanda compitió en categoría masculina hasta 2012
Hasta 2012 Laurel Hubbard se llamaba Gavin y era el hijo varón del exalcalde de Auckland City Dick Hubbard. Hasta ese año, con 34, Gavin había competido en halterofilia en la categoría de hombres. En los Juegos Olímpicos de Tokio competirá como mujer.
Hubbard, que tiene ahora 43 años, será la primera atleta transexual en unos Juegos. El Comité Olímpico de Nueva Zelanda lo anunció remarcando que la halterófila cumple con todos los criterios de elegibilidad exigidos por el Comité Olímpico Internacional (COI).
El director general del comité neozelandés, Kereyn Smith, declaró: “Reconocemos que la identidad de género en el deporte es una cuestión muy sensible y compleja que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la equidad en el terreno de juego”. Hubbard, por su parte, dijo sentirse “honrada y agradecida”.
La decisión de incluirla en los Juegos (competirá en +87 kg, que entregará medallas el 2 de agosto) no ha estado exenta de polémica. Primero, porque los resultados que Hubbard empezó a cosechar desde que compite en la categoría femenina son mucho mejores que los que conseguía en la categoría masculina (plata mundial en 2017; oro en los Juegos del Pacífico en 2019).
Segundo, porque hay estudios que indican que los que hayan pasado la pubertad masculina antes de la transición conservan ventajas significativas incluso después de tomar medicamentos para suprimir sus niveles de testosterona.
El año pasado, los científicos Emma Hilton y Tommy Lundberg descubrieron que la ventaja de rendimiento masculino en el levantamiento de pesas era del 30% en comparación con las mujeres.