El alargamiento de las medidas de distanciamiento social han derivado en una serie de problemas físicos y emocionales en las personas.
Diversos especialistas de la salud mental han hecho notar que el confinamiento, derivado de la pandemia de salud por COVID-19, ha provocado diversas consecuencias psicológicas y emocionales. Éstas, en principio, nada tienen que ver con la emergencia sanitaria.
El alargamiento de las actuales medidas de distanciamiento social podría ocasionar traumas que persistirán en el largo plazo. Francisco Díaz Amezcua, psicólogo de Doctoralia, plataforma de atención médica en línea, explica a través de un comunicado cuáles son estos efectos.
El hecho que el confinamiento en casa se haya prolongado por tanto tiempo ha derivado en, quizá, una de las mayores consecuencias psicológicas que es: el hartazgo emocional. Las personas sienten que han perdido la libertad de salir a la hora que quieren y continuar con las actividades que realizaban antes de la pandemia. “Como resultado, muchas personas están enojadas y frustradas”.
Estos largos meses en casa también ocasionaron mayores fricciones entre los miembros de la familia, quienes deben convivir y compartir espacios 24 horas al día. Esto ha hecho que las emociones se exacerben y provoquen más discusiones.
Asimismo, muchas parejas que no viven juntas ha terminado sus relaciones sentimentales, ante la dificultad de poder verse como era habitual antes de la pandemia de salud.
Para el especialista existen otras dos consecuencias psicológicas que podrían estar vinculadas de una u otra forma: la angustia por la pérdida de empleo y el burn out derivado del home office. Los múltiples despidos, originados debido a la compleja situación económica, provocan que las personas vivan con una sensación constante de agobio.
Por el otro lado, quienes conservan sus empleos han extendido de manera considerable las horas dedicadas al trabajo al recibir llamadas y correos de la oficina fuera de horarios laborales. Esto ha generado el burn out, afectando la salud de la gente.
Así, lo más recomendable para superar estas consecuencias psicológicas, que el COVID-19 trajo consigo, es buscar la ayuda de un especialista, sobre todo, “cuando sientas que ya nada está bajo tu control.”