La mayoría de las veces, los sofocos persistentes se asocian con cambios en el estrógeno que conducen a la menopausia.
¿Has tenido sudores nocturnos o sientes calor constantemente aunque no tengas fiebre? Estos síntomas podrían estar relacionados con la menopausia, ese momento determinado de la vida de las mujeres que comienza después del último ciclo menstrual y marca el fin de la fertilidad, el cual suele ocurrir entre los 44 y los 55 años.
La menopausia tiene lugar una vez que comienza a disminuir la producción de estrógeno y progesterona, dos hormonas producidas por los ovarios. Sin embargo, también puede darse de manera temprana o abruptamente después de ciertos procedimientos quirúrgicos como la extirpación del útero o de los ovarios.
Uno de los síntomas más comunes de la menopausia son los calores repentinos o ‘bochornos’ que surgen a lo largo del día y la noche. Estos pueden tornarse molestos o incómodos si duran demasiado e incluso, llegan a alterar el sueño y la energía de quien lo padece. Aunque cabe aclarar que estos signos pueden variar entre mujeres.
Sofocos en la menopausia: ¿Cómo son y cuánto duran?
De acuerdo con el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos, los calores súbitos, también conocidos como sofocos, son un síntoma común de la transición menopáusica.
“Estos calores son incómodos y pueden durar por muchos años. Cuando ocurren en la noche, se les llama sudores nocturnos.”, señala el instituto.
Según apunta la Clínica Mayo, un sofoco es la sensación repentina de calor en la parte superior del cuerpo, que suele ser más intensa en la cara, el cuello y el pecho. También es posible que la piel se enrojezca, se acelere el ritmo cardíaco y haya escalofrío a medida que el sofoco disminuya.
A propósito de la menopausia, ¿qué otras patologías provocan ausencia de la menstruación?
Si bien la frecuencia y la intensidad de los sofocos varían entre las mujeres, por lo general, un solo episodio puede durar uno o dos minutos, o hasta 5 minutos. Estos pueden ocurrir a cualquier hora del día o noche y en promedio los síntomas persisten durante más de 10 años.
¿Cómo reconocer los bochornos de la menopausia?
La mayoría de las veces, los sofocos persistentes se asocian con cambios en el estrógeno que conducen a la menopausia, pero no siempre es así. Por ello para estar seguras, debes tomar en cuenta los siguientes factores:
- La edad: la mayoría de las mujeres que comienzan a notar síntomas relacionados con la menopausia están en sus cuarenta y tantos años.
- Menstruación: antes de la menopausia (perimenopausia) puedes empezar a notar cambios en tu ciclo menstrual, especialmente si comienza a ser impredecible.
- Episodios muy persistentes: a medida que tu ciclo se prolonga cada vez más, es posible que comiences a tener sofocos con más frecuencia.
- Tienes otros síntomas de la menopausia como: ansiedad, depresión, caída del cabello, piel seca y con picazón, y sequedad vaginal.
La terapia hormonal: sus riesgos y beneficios
La terapia hormonal, que incluye estrógeno solo y estrógeno combinado con progesterona, se ha recetado durante décadas para ayudar con los síntomas de la menopausia. Hoy en día, encontramos estos tratamientos en forma de píldoras, parches, anillos, implantes, gel o cremas, dependiendo de las necesidades de cada mujer.
Si bien las hormonas pueden ser muy eficaces para reducir el número y la gravedad de los calores súbitos, éstas tienen algunos efectos secundarios como el regreso de los periodos menstruales, calambres o hinchazón, así que antes de utilizar cualquier “remedio” o medicamento, recuerda consultar a un médico.
También puedes aplicar cambios a tu estilo de vida como reducir el consumo de alcohol, el consumo de cafeína y la comida picante.