Eres candidato, estas en medio de tu campaña electoral y no consideraste contratar un estratega porque tú lo puedes hacer sólo o como consultores estamos asesorando una campaña y no estamos todo el tiempo presente en terreno.
En ocasiones nos apasionamos tanto con la campaña que dejamos de ver el norte, nos volvemos un activista más, y nos enamoramos del proceso dejando de percibir absolutamente la realidad.
Para ambos casos opera igual: Debemos desarrollar un olfato que nos indique que la campaña no está bien, que la estrategia que desarrollaste no está impactando en el electorado y que definitivamente no vamos a ganar. Por eso éste artículo pretende de alguna manera visibilizar estas situaciones que nos pueden dar unas luces específicas que las cosas no las estamos haciendo bien.
- Si hay sede de campaña, la misma permanece sola. Si tu candidato o candidata se encuentra en ascenso la sede de campaña tendrá visitas diarias, porque las personas querrán tener información, volantes, pendones, entre otros en su casa, que los identifique como votantes de tu causa, si por el contrario el porcentaje de entrada a tu sede de campaña es mínimo, es una señal de que algo no anda bien.
- Nadie coloca tu cartel electoral en su ventana, o visibiliza elementos de merchandansing de tu campaña. Los votantes se suelen identificar con quien está ganando las elecciones (teoría del bandwagon), por eso, si haciendo un recorrido en las calles no vemos nuestros carteles, o gorras, camisetas, manillas entre otros, quiere decir que las personas no nos están viendo como candidatos que puedan ganar las elecciones.
- Los otros candidatos ni te nombran en sus discursos o debates. Se ataca a quienes se creen que pueden ganar, es como dice el adagio popular “al árbol que da mas frutos se les tira más piedras”, si ni siquiera te nombran los demás candidatos es que definitivamente no te ven como amenaza.
- Tus publicaciones en redes sociales no tienen compartidos o comentarios. Dar un like ya no es una medición, porque hasta los likes los podemos comprar, pero si tus redes sociales ni siquiera tienen debates entre seguidores, no se genera ningún compartido o no tienen mayor alcance (inclusive pagado), pues a las personas no les está importando ni tu ni tu campaña.
- Anuncias un evento y no hay eco en la comunidad. Decimos que vamos a estar en un sector (barrio,distrito) y no sale nadie, o los interesados son mínimos.
Esta pandemia que ha cambiado el mundo, en la manera como nos relacionamos tendrá menos eventos presenciales, sin embargo, si las personas están identificadas con tu causa, llegarán donde tu estés porque les interesa “dejarse ver por el candidato”, si luego ganas, te van a recordar que sí estuvieron en tus eventos. - Nos enamoramos de la campaña. Si como consultor o como candidato nos apasionamos en la campaña y no la vemos desde fuera, ya perdimos. La campaña debe verse desde la frialdad, desde otra óptica, para detectar ¿dónde estamos fallando? Y ¿dónde nos puede atacar nuestros adversarios? Si todo te parece bonito, si todo es perfecto en la campaña, lamento decirte que estas enamorado (a).
- No se acercan los inversionistas. En el mismo sentido que si tus votantes no se acercan a las campañas, los inversionistas no aportan en una campaña donde saben que van a perder. Si empresarios y gremios económicos no te están buscando, algo estamos haciendo mal.
- Los otros actores políticos no quieren pactar contigo. En la medida que la campaña va creciendo, actores políticos se van acercando, porque no quieren quedarse fuera en dado caso que tu ganes, por eso les interesa pactar contigo, hacer alianzas y buscar resultados posteriores en gobierno. Si no te buscan, no eres fuerte. Punto.
- No lograste integrar a tu familia. Si tu familia no vota por ti y no tienes su respaldo ¿crees que vas a poder integrar a los votantes de un Municipio?
- Le diste prioridad a todo menos a la campaña. Hay candidatos que inician la campaña y les da por casarse justo en época electoral, otros inician la construcción de su casa en el preciso momento en el que se inscriben como candidatos y por estar pendientes de su luna de miel o de los ladrillos y tejados para su vivienda no se ponen al tanto de lo fundamental de la campaña, perdiendo las elecciones.
Este pequeño decálogo tanto si eres candidato como si eres consultor te ayudará a identificar las banderas rojas para que rápidamente cambiemos la estrategia y logremos el objetivo electoral planteado en la campaña.
Si la vanidad y el ego nos gana, tanto a candidatos como a consultores, precisamente eso será lo único que vamos a ganar. EGO, no las elecciones.