La pandemia que profundizó las diferencias

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El confinamiento que generó la crisis por Covid-19 llevó a la mayoría de las mujeres a ampliar considerablemente su volumen de trabajo tanto profesional como familiar, sin embargo, existen aprendizajes que pueden servir de base para mejorar el panorama de cara al futuro.

Inés probablemente jamás olvidará todo lo que le ha tocado vivir a partir de marzo de 2020. Y es que ser mamá soltera, como es su caso, durante la histórica pandemia por Covid-19 que ha sacudido al mundo ha sido verdaderamente una situación compleja.

Las cosas no eran sencillas desde antes de la crisis, sin embargo, había ya logrado encontrar un balance entre su vida profesional y el cuidado de su casa e hijo de 9 años, apoyada en gran medida por su familia.

Sin embargo, la pandemia y el distanciamiento social complicaron las cosas aún más de lo que ya eran, pasando su vida, prácticamente de la noche a la mañana, a combinar dentro de cuatro paredes su oficina, la escuela de su pequeño y su hogar.

Al inicio todo parecía ser sencillo, pasaba tiempo en casa acompañada por su hijo y no parecía existir dificultad, sin embargo, conforme se fue expandiendo la vida de la pandemia, las complicaciones comenzaron a hacerse presentes.

Básicamente porque no es fácil atender una junta, preparar la comida y monitorear que su hijo ponga atención a sus clases en línea al mismo tiempo. Pero ella no fue la única mexicana que vivió una situación de saturación similar durante el último año.

De acuerdo con un estudio realizado por la plataforma de colocación de talento femenino Momlancers, durante la crisis sanitaria las mujeres incrementaron hasta en un 64% el número de horas que dedican a su trabajo profesional y familiar.

Se trató incluso de una dificultad que llevó a un grupo cercano al 60% de las mujeres a evaluar la posibilidad de renunciar a sus empleos, con el objetivo de reducir la carga de trabajo que estaban experimentando.

“Mira la pandemia sí hizo que tanto mamás como papás vivieran momentos muy complejos en cuestión de saturación, sin embargo, en especial las mujeres lo vivieron todavía más por las tareas que ya realizaban desde antes, siendo ellas el grupo efectivamente más vulnerable”, comenta Regina Cabal, fundadora de Momlancers.

A esta presión se le suma el hecho de que apenas un 23% de ellas sitió algún tipo de apoyo por parte de la empresa para la cual colaboran a la hora de hacer frente a todas estas dificultades que se presentaron.

“En efecto en muchos casos existió un crecimiento en la productividad que beneficio a muchas compañías, pero lo que es cierto es que muy pocas se preocuparon por tratar de mantener la salud mental de sus empleados”, advierte la emprendedora.

Enfrentar el retroceso

Lo que sí es cierto es que toda esta situación que se gestó tanto en México como otras muchas partes del mundo, explica Cabal, representó en efecto una regresión que afecta el avance que en los últimos años las mujeres habían concretado en distintos aspectos de su vida.

“Especialmente cuando lees que más de la mitad de las mujeres estuvieron a punto de tirar la toalla durante los meses especialmente difíciles pues te das cuenta de que muchas tuvieron que detenerse, al menos durante un momento, en su progresión”, señala.

Incluso en lo particular, agrega la fundadora de Momlancers, en la propia recepción de solicitudes que recibe en su plataforma de colocación de talento también registró precisamente esta misma situación.

“Nosotros en la compañía nos dimos cuenta de que muchas mujeres decidieron pausar sus intensiones laborales por esta misma cosa, algunas que antes ya nos habían expresado su interés por volver a trabajar en cuanto avanzó la pandemia y se generó incertidumbre decidieron otra vez detenerse”, apunta.

Y es que en promedio tardaron, según la evaluación que realizaron, alrededor de nueve meses para poder adaptarse a esta nueva normalidad de la que formaban parte, destacando el hecho de que únicamente un 15% de ellas advirtió haber encontrado un equilibrio perfecto.

“No fueron para nadie tiempos sencillos, los resultados que obtuvimos nos hablan de que incluso un 24% nos dijo que todo lo vivido en este periodo fue para ellas un completo desafío”, sostiene.

Entender el contexto

Pero, ¿cuál debe de ser la actitud que las empresas deben de tomar ante una situación como la que se vivió? Anna Kuusinen, directora de Recursos Humanos en la farmacéutica Sanofi en México, señala que el primer paso que las firmas deben de dar en este sentido pasa por la comunicación.

Desde su perspectiva, sólo de esta manera las compañías podrán tener efectivamente un entendimiento sobre cómo es que deben de actuar para enfrentar el problema.

“Me parece que este es un tema muy importante, efectivamente hoy sabemos que esta pandemia ha afectado mucho más a las mujeres, sobre todo, por el tema de cargas de trabajo, y sí es un hecho que llega este fenómeno e impacta en el trabajo que hemos hecho para impulsar la carrera de ellas, de ahí que lo primero que hicimos fue precisamente hablar con nuestra gente”, dice la especialista.

Y fue justamente esta plática con el equipo la que llevó a Kuusinen a trabajar en uno de los puntos en los que más se ha enfocado en los últimos meses: establecer límites dentro del trabajo.

“Empezamos a trabajar en acciones muy básicas, como no establecer nunca juntas entre la 1:30 y las 3 de la tarde o no mandar correos antes y después de determinado horario, que nos permitieron establecer límites que ayudaron a aclarar mucho mejor el balance entre las tareas del hogar y el trabajo”, detalla la ejecutiva.

Pero lo más importante es, agrega, que las empresas tengan un entendimiento sobre el hecho de que los colaboradores también tienen una familia detrás de ellos que jamás dejará de estar presente.

“Esto me parece que es algo de mucho valor, que las empresas se den cuenta de que impactan no sólo a una persona sino a una comunidad a su alrededor, nosotros pensando en esto establecimos, por ejemplo, los permisos de paternidad por seis meses con goce de sueldo, son cosas pequeñas pero que tienen un gran valor cuando se piensa en los trabajadores”, sostiene.

Pero desde la perspectiva de Anna Kuusinen, más allá de lo difícil que ha sido este momento, la pandemia también traerá consigo una flexibilización cada vez más potente del trabajo, capaz de permitir a futuro a las mujeres el balancear aún mejor su vida diaria.

“Yo creo que el aspecto del trabajo flexible se queda aquí con nosotros para siempre, no sabemos cómo es que evolucionará, pero hay mucha oportunidad con él y creo que eso es algo que será muy positivo ya con todos los aprendizajes de esta primera experiencia”, dice.

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