La vulnerabilidad socioeconómica de las mujeres respecto de sus pares hombres impacta en la vida de sus familias, particularmente si ellas son las jefas del hogar.
Las brechas de género en el ingreso promedio y los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a sus derechos impactan de manera importante en el bienestar de sus familias.
De acuerdo con cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), los hogares que tienen jefatura de una mujer presentan mayor rezago educativo y carencia en alimentación en comparación con los hogares que tienen jefatura de un hombre.
El 26.4% de las familias con jefa de hogar presentan rezago educativo y 19.1% presentan carencia por alimentación nutritiva y de calidad; las cifras para las familias con jefatura masculina se reducen a 22.2 y 16.4% respectivamente.
Estas brechas de género se profundizan cuando las familias son pobres, indígenas o residentes de regiones rurales.