Los críticos dicen que las abayas, usadas por las mujeres, y los khamis, la vestimenta masculina, no son más que una declaración de moda. Afirman que las prendas no constituyen un signo ostentoso de religión y no deberían prohibirse en las aulas bajo una ley de 2004
PARÍS — El ministro de Educación de Francia anunció el lunes la prohibición del uso de túnicas largas en las aulas a partir del nuevo año escolar, argumentando que las prendas usadas principalmente por musulmanes ponen a prueba el secularismo en las escuelas del país.
Los críticos dicen que las abayas, usadas por las mujeres, y los khamis, la vestimenta masculina, no son más que una declaración de moda. Afirman que las prendas no constituyen un signo ostentoso de religión y no deberían prohibirse en las aulas bajo una ley de 2004.
Para el ministro Gabriel Attal, las prendas son “una infracción del secularismo”, un principio fundamental de Francia y, en algunos casos, un intento de desestabilizar las escuelas.
Attal, de 34 años, nombrado en julio, posiblemente se esté adentrando en un campo minado con su prohibición de usar túnicas largas para “proteger” el secularismo. Declaraciones y leyes anteriores sobre el tema han sembrado un amargo debate.
“Nuestras escuelas son examinadas continuamente. Lo sabemos”, dijo Attal en una conferencia de prensa una semana antes del inicio del año escolar. Añadió que el uso de abayas y khamis ha aumentado recientemente y que debe recibir una respuesta firme para abordar lo que a veces equivale a “infracciones e intentos de desestabilización”.
“Debemos permanecer unidos. Nos mantendremos juntos… La abaya no tiene lugar en la escuela, no más que los símbolos religiosos”, dijo Attal, refiriéndose a la ley de 2004 que prohibe los velos musulmanes, las kippas judías, las grandes cruces y otros adornos religiosos “ostentosos” en las aulas.
Las autoridades francesas han tomado cada vez más medidas para defender el secularismo, un principio constitucional destinado a garantizar la neutralidad religiosa en una nación multicultural. Las autoridades temen que los símbolos religiosos sean una puerta de entrada al radicalismo islámico, que ha estallado en violencia en Francia en el pasado. Algunos musulmanes, sin embargo, se sienten estigmatizados por los esfuerzos por hacerlos conformes. El islam es la segunda religión en Francia.