Lo gastado por el magnate restaurantero, Todd Graves, es poco en comparación con los 830 millones de dólares del premio, el cuarto más grande en la historia de EU
El estadounidense Todd Graves, fundador de la cadena estadounidense de restaurantes de comida rápida, Raising Cane’s, compró 50.000 boletos de lotería con la esperanza de ganar el premio mayor, y repartir el dinero entre sus 50.000 empleados.
Con un precio de 2 dólares por billete, el empresario, conocido por su generosidad, gastó 100.000 dólares en su polémico proyecto. Una cifra pequeña en comparación con el dinero acumulado en la bolsa de la lotería Mega Millions, que ha alcanzado la exorbitante suma de 830 millones de dólares, el cuarto premio más grande en la historia de EE.UU. “Tan pronto como nos enteramos de lo grande que era este premio mayor, no podíamos perder la oportunidad de ganar y compartirlo con nuestro personal que siempre se mantiene unido”, afirmó Graves en un comunicado.