Cuando escuchamos hablar de un psicópata, viene a nuestra mente la imagen de los perpetradores de tiroteos en Estados Unidos o los asesinos en serie que vemos en los programas de Investigation Discovery. Ellos lo son, pero tenemos a muchos cerca, más de lo que pensamos y pocas veces nos percatamos, incluso viviendo bajo nuestro techo. Se les conoce como psicópatas integrados o como me parece más acorde “violadores del alma“.
La mayoría de ellos no llega y te mata; te van consumiendo, se van comiendo tu alma, destruyen cada parte de ti: física, emocional y económicamente. Poco hablamos de ellos, pero están ahí cazando como cuervos carroñeros, aprovechando cada debilidad que muestras para dominarte y destruirte en todos los sentidos, tu perdición es su alimento. Se aprovechan de tu bondad y necesidad de cariño, lo huelen. No es necesario pasar años a su lado para que te destruyan, basta poco para que logren su cometido.
Personalmente me tocó descubrir, a la mala, el daño que estas personas pueden llegar a ocasionar. Les confieso que he trabajado durante meses para superar ese lapso oscuro de mi vida: días y noches de autoculparme, pensando “cómo alguien inteligente e independiente como yo pudo caer en una relación así”, de revictimizarme yo misma y permitiendo que los demás lo hicieran. Descubrí que nada fue mi culpa, que no hay nada malo en mí, al contrario, ellos buscan personas honestas, empáticas, con una luz que buscan apagar porque no soportan vivir en su oscuridad.
Al principio tienes vergüenza de aceptarlo, ¿qué van a pensar los demás al saber que estás metido en ese kilombo? ¿Por qué no le hice caso a las banderas rojas que veía? (Siempre las hay) ¿Porqué no escuché a las demás personas cuando me decían que algo no cuadraba? Dudas en dejar esa relación porque es aceptar el problema y que cometiste un error al dejarlo entrar en tu vida. Cuando los dejas, te percatas de su verdadera naturaleza, es lo peor que le puede pasar a un psicópata porque dañas lo único importante para él: su ego, el saberse descubierto y saber que se les acabó el combustible (tu energía). Buscan vengarse, aprovechan que conocen cada debilidad tuya para explotarla, te bombardean de acciones que harán detonar tus miedos y lograr que regreses a sus garras.
Nunca he sido ni seré perfecta, pero que eso no le da derecho a nadie de aprovecharse de mí. Hoy sé que nada puede cambiar lo que pasó, que cada pensamiento negativo y cada minuto de miedo que tuve fueron batallas ganadas para él, pero la guerra fue mía.
¿Cómo son? Metirosos, manipuladores, parásitos, acosadores, insensibles, incapaces de sentir empatía y miedo, todo su mundo es una mentira, una tan grande que ellos mismos la creen; saben perfectamente qué decir y hacer para atraparte rápidamente, porque si permiten que pase el tiempo se les cae la máscara.
¿Cómo te dejan? Con paranoia, con dudas sobre tu salud mental, con pensamientos suicidas, destruida en todos los rubros de tu vida, sin capacidad de dormir bien, quedas exhausto física y emocionalmente; realmente te intoxican, al punto de sentir que ya no puedes más y buscas tu autodestrucción, es el crimen perfecto. Te aíslan sin que te des cuenta, te orillan a dejar amigos y familia, a descuidar tu empleo e incluso de ti mismo.
No sólo hay relaciones de pareja con ellos, un psicópata también puede ser tu amigo, tu vecina, tu hijo, tu hermano, tu padre o madre. No soy una experta en el tema, pero me he dado a la tarea de investigar sobre el tema para comprender y poder sanar.
¿Sientes que alguien te roba la energía? ¿Pasaste por una relación así?