En el imaginario colectivo mexicanos, los partidos políticos han construido una idea predeterminada de cada uno de ellos. Existe un estereotipo definido de los partidos y de gran parte de sus militantes; sin embargo, el paso del tiempo ha cambiado la realidad de los institutos políticos. Hoy están muy lejos de las famas que construyeron.
El PAN dejó de ser el partido de los ricos. La fama del blanquiazul de tener candidatos y militantes ligadas a las altas esferas del poder económico del país se construyó desde sus orígenes. La mayoría de sus miembros fundadores fueron profesionistas exitosos que decidieron participar en política. En los años 60´s, 70´s y 80´s grupos empresariales del norte del país comenzaron a convivir con el PAN a través de las Cámaras Empresariales. A eso se debió gran parte de su fama de ser un partido de ricos. Tras la llegada de Fox a la presidencia eso cambió. Con Fox llegaron un grupo de burócratas del poder que desplazaron a los grupos empresariales. Hoy en día, los grupos empresariales del PAN ya no son los poderosos. Esos emigraron a otros partidos. Incluso prefieren al PRI en algunas entidades. El PAN ya no está en manos de los ricos, empresarios o profesionistas. Está en manos de políticos profesionales con un perfil mediocre y gris. El PAN perdió hasta la alcurnia.
Por otra parte, el PRI, el otrora partido de las multitudes, sigue viviendo de la fama de sus estructuras. La Revolución Institucional hecha partido fue creada para administrar el Poder. Fue necesario inventarse una serie de organizaciones internas para mantener el equilibrio de los sectores. Cada sector representaba algún tipo de interés (Campesinos, sindicatos, obreros, burócratas, etc). El PRI construyó estructura sobre estructura su demoniaca maquinaria electoral. Así fue durante décadas, pero el PRI sin el poder solo es un cascajo. Las estructuras del PRI decidieron que podían acceder al poder por otras vías y abandonaron la nave nodriza. De las estructuras del PRI solo quedan los edificios ruinosos y endeudados. Ni para pagar el aire acordonado les quedó. El PRI sigue viviendo del recuerdo y vendiendo humo de sus temidas estructuras. Hoy son escombros sin varillas; huesos sin carne; pastel sin relleno; cráneo sin materia gris.
MORENA llegó al poder con una buena propaganda: un partido de izquierda, con nuevas ideas y rechazo al pasado…¡patrañas!. La leyenda que MORENA buscó construir es el de un partido sin los vicios del PRIANISMO. Nada más alejado de la realidad. La izquierda promovida por MORENA está cimentada en un profundo discurso teológico. La izquierda de MORENA utiliza la biblia para gobernar. Desde la presidencia nos llaman a ser buenos cristianos y seguir los preceptos del antiguo o nuevo testamento según sea el caso. Una izquierda que nos invita a ser buenos religiosos. Al mismo tiempo, la promesa de no ser como los PRIANISTAS se cumple invitando a PRIANISTAS a ser los candidatos de ese partido. El mito más grande de la Regeneración Nacional se esconde en su nombre: “REGENERACIÓN”. A menos, claro, que regenerar significa rescatar a políticos corruptos purificados por el hecho de cambiar de bando. En MORENA se gobierna desde la derecha religiosa con corruptos del pasado.
Movimiento Ciudadano cuenta un cuento diferente a su realidad. En últimas fechas intentó reinventarse como un partido diferente. Un partido que se cambió de nombre, pero no de mañas. El antiguo convergencia se pintó de naranja y nos intenta decir que son una tercera opción democrática para llevarnos a un nuevo rumbo. Nada más alejado de la realidad. MC tiene un dueño único. Tiene un cacique con 20 años mandando en ese partido. Nada pasa sin que Dante Delgado lo autorice. Dante Delgado es tan demócrata como lo pudo llegar a ser Fidel Velázquez: Caciques eternizados en el poder desde las sombras. Lo ciudadano del movimiento se queda en la canción del niño Yuawi.
Por último, el PRD ya ni partido es. Es un cadáver que sigue alimentando a unos cuantos zopilotes sin mayor trascendencia que un logo amarillo despintado. El Partido Verde puede quemar toda la selva chiapaneca con tal de quedarse con algunas migajas de los negocios de Poder. Lo único ecológico que tiene ese partido es que son mercenarios reciclables. No les da vergüenza negociar con quien sea para lo que sea…. Y el Partido del Trabajo es un ejemplo claro de cómo vivir sin trabajar. Son una oda a la holgazanería
¿O usted que opina, amable lector? ¿Los partidos mantienen intacto sus estereotipos o llegó el momento de inventar nuevos mitos?