Una guía para ver qué aspecto estás dejando de lado y dónde es necesario revisar o reforzar con tu pareja
La sexualidad es plural, variable y difícil de generalizar. Considero que una manera de entender qué significa una vida sexual satisfactoria se acerca más a lo que para cada persona signifique una experiencia auténtica. Es por eso que no hay un parámetro de cómo hay que vivir la sexualidad que sea aplicable a todas las personas.
Siempre el límite tiene que ver con el consentimiento y el respeto al otro. La libertad entendida desde el acceso al conocimiento, la posibilidad de elegir y la responsabilidad. También, intentar integrar y vivir la sexualidad en armonía a lo que somos, sentimos y pensamos, aceptando y permitiéndonos que sea de la manera que es, o incluso, habiendo cosas que no comprendamos o que nos parezcan raras.
A continuación, algunas sugerencias para destrabar, ampliar y vivir el sexo de manera más liviana:
- Trabajar las emociones negativas o vivencias traumáticas que podamos tener asociados al sexo: no puedo esperar disfrutar de mi sexualidad si hay algo previo no sanado. Al momento de los encuentros íntimos, para poder excitarnos, necesitamos sentir que ese espacio es un espacio seguro, que el otro es confiable, que mi cuerpo es deseable. Si hemos sido vulnerados en algún momento, ya sea desde acoso, burlas o abuso, es importante encontrar un espacio terapéutico para poder sanarlo.
- Una buena salud física: incorporar hábitos saludables para mejorar y conservar la respuesta sexual. Dormir 8 horas, comer saludable, realizar actividad física. Evitar el tabaco, el sedentarismo y el consumo de alcohol. También realizarnos los chequeos médicos correspondientes e incorporar en nuestros encuentros métodos de protección contra las infecciones de transmisión sexual.
- Tener información sobre el cuerpo, la respuesta sexual y los cambios esperables. La información adecuada y a tiempo nos evita malos entendidos y la instalación de falsas creencias alrededor del sexo.
- Conocerte y saber qué te gusta: podemos aprender la teoría, pero también vamos a necesitar aplicarla. Cada cuerpo y cada persona es un mundo. Conocernos a nosotros es el inicio del único vínculo que sostenemos para toda la vida. Además, comprender y permitirnos que nuestros propios gustos y necesidades varíen.
- Abrir la mente y eliminar aquellos prejuicios que puedas tener alrededor del sexo
- Animarnos a soltar el control y entregarnos al sexo con espíritu curioso. Muchas personas se juzgan a sí mismas a la hora de explorar su sexualidad incluso en la libertad de su propia soledad.
- ¡Experimentar! La práctica hace al maestro así que hay que juntar horas de vuelo. Muchas personas exigen tener conocimiento o confianza en la cama, pero ignoran que, como cualquier aprendizaje, lleva un tiempo instalarse. Tengamos en cuenta entonces el tiempo y la calidad de esas experiencias.
Comunicar de manera asertiva. Se trata de poder comunicar sin agredir ni ofender, pero pudiendo a la vez expresar los propios intereses. Es decir, no agredir ni someter al otro, pero dejando en claro nuestros derechos e inquietudes.
No hay recetas infalibles y la sexualidad nos puede ir poniendo a prueba a lo largo de la vida. Ante cada cambio y crisis, se nos exige algo y debemos tener calma y flexibilidad para ir adaptándonos. Estas 7 claves pueden servirte de guía para ver qué aspecto estás dejando de lado y dónde es necesario revisar o reforzar.