Recientemente se dio a conocer una carta del famoso físico Albert Einstein que estuvo perdida por un largo tiempo y que escribió alrededor de hace 70 años
Una investigación publicada por la revista Journal of Comparative Physiology revela que antes de que se descubriera que las aves podían guiarse por el campo magnético de la Tierra, Albert Einstein –nacido en Alemania en 1879- ya intuía sobre los supersentidos en animales y lo que podrían aportar para futuros desarrollos.
La carta, escrita en 1949 y que recién acaba de descubrirse, iba dirigida al ingeniero Glyn Davus, quien era conocido por sus investigaciones sobre el radar.
De acuerdo a los expertos, Einstein se interesó en las investigaciones sobre abejas del etólogo austriaco Karl von Frisch. Incluso, en 1949 asistió a una conferencia suyo y tuvieron una reunión privada junto con Davys.
Luego de esta reunión es que Einstein escribió la carta, en lo que parece ser una respuesta a lo planteado.
“Estoy bien enterado con la admirable investigación del señor V. Frisch. Pero no veo la posibilidad de usas esos resultados en una investigación que concierna a las bases de la física.
Ello solo podría ser en el caso de una nueva percepción sensorial, respuesta su estímulo, que podría ser revelado en la conducta de las abejas.
Es concebible que la investigación de la conducta migratoria de algunas aves y palomas mensajeras algún día puedan guiar al entendimiento de algunas procesos físicos que todavía no se conocen”, escribió.
Cabe destacar que en aquella época apenas se había descubierto la ecolocalización de los murciélagos y la tecnología de radar apenas comenzaba a desarrollarse.
Siete décadas después de que Einsten propusiera que la nueva física podría provenir de la percepción sensorial de animales, estamos viendo descubrimientos que impulsan nuestra comprensión sobre la navegación y los principios fundamentales de la física”, comentó el investigador Adrian Dyer.
Investigaciones recientes descubrieron cómo las aves sienten el campo magnético de la Tierra gracias fotorreceptores especiales en sus ojos, ayudándolas a migrar miles de kilómetros sin perderse.
Y tal como lo planteó Albert Einstein, algunos comportamientos de aves han ayudado a mejorar la tecnología.