El reciente Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado por la Cámara de Diputados debería haber sido una oportunidad para corregir desigualdades y atender las prioridades de estados productivos como Sinaloa. Sin embargo, el resultado fue otro: un presupuesto centralizado, con recortes en áreas sensibles y sin una defensa real de los intereses sinaloenses.
Lo más preocupante no es solo la disminución de recursos, sino la ausencia de una postura firme por parte de la mayoría de los diputados federales de Sinaloa. Mientras otros estados lograron negociar ajustes o reasignaciones, en el caso sinaloense prevaleció el silencio. Nadie exigió con fuerza que no se abandonara al campo, a la salud ni a la seguridad pública, rubros donde el impacto será más severo.
De acuerdo con el Colegio de Economistas de Sinaloa, el gasto federalizado para la entidad tendrá una baja real de 0.9 %, lo que significa que aunque lleguen más pesos, se podrá hacer menos debido al efecto inflacionario. Esto afectará directamente la inversión en infraestructura y programas locales.
El campo sinaloense vuelve a ser uno de los más golpeados. La falta de apoyos y de incentivos para la producción agrícola confirma lo que los productores han advertido: el Gobierno Federal ha dejado de ver al sector primario como estratégico, pese a que Sinaloa es motor alimentario del país.
En seguridad, el panorama no es mejor. Se estima una reducción de hasta 19 % en los recursos federales destinados a este rubro, lo que limita la capacidad operativa de estados y municipios para enfrentar la violencia y fortalecer a las corporaciones locales.
En medio de esta realidad, la mayoría de los diputados sinaloenses guardaron silencio. Ninguna voz fuerte se escuchó en tribuna defendiendo a la entidad. Ninguna exigencia visible para revertir los recortes o asegurar partidas especiales para los sectores más vulnerables.
El resultado es un presupuesto que profundiza la dependencia del estado respecto a decisiones centralizadas y que deja en manos del gobierno local la tarea de compensar los vacíos federales con recursos propios.
Sinaloa necesitaba representantes que alzaran la voz, no que bajaran la mirada. El presupuesto 2026 no solo refleja números: exhibe prioridades. Y lamentablemente, Sinaloa no fue una de ellas.




