En Monterrey surgió controversia por tortas supuestamente de pollo que podrían incluir papel higiénico; periodistas y usuarios advierten riesgos y debaten autenticidad del alimento en redes.
En las calles de México, los puestos de comida rápida, especialmente los que venden tortas, son muy habituales. Sin embargo, en Monterrey, la situación ha generado alarma luego de que se difundieran reportes sobre tortas que, aunque supuestamente contienen pollo, podrían incluir papel higiénico como ingrediente principal, lo que representa un riesgo para la salud.
Para indagar en el tema, una periodista acudió a uno de los puestos señalados en el centro de la ciudad. Ahí, las tortas se venden a un costo aproximado de 30 pesos. La reportera aseguró que este tipo de puestos se están volviendo cada vez más visibles, debido a la circulación de videos y recetas en redes sociales que muestran cómo preparar milanesas usando papel en lugar de carne.
Con el fin de demostrar la diferencia entre ambos productos, la periodista realizó una prueba comparativa, preparando una milanesa tradicional de carne y otra elaborada con papel. De esta manera, buscaba que los televidentes pudieran identificar las diferencias y comprender el riesgo de consumir estos productos falsificados.
Reacciones en redes sociales
La difusión de esta investigación generó comentarios diversos en redes sociales, sobre todo de usuarios de Monterrey y Nuevo León. Mientras algunos afirmaron que ellos no acostumbran comer este tipo de tortas, otros cuestionaron el reportaje, argumentando que podría incitar a la elaboración de tortas con papel.
Entre las opiniones destacadas se leyeron comentarios como:
- “Aquí en Monterrey no solemos comer tortas de milanesa; esas son costumbres nuevas de los chiriwillos.”
- “En Nuevo León preferimos carne asada; esas tortas son cosa del sur.”
- “Una torta de milanesa en 30 pesos está en duda de que sea auténtica; normalmente cuestan arriba de 100 pesos.”
- “No entendí si el video era una queja o una sorpresa que incita a hacer este platillo.”
El caso evidencia cómo las redes sociales pueden difundir información y generar debates sobre hábitos alimenticios, así como alertar sobre posibles riesgos de consumir productos preparados en condiciones insalubres.




