Familiares y colectivos hicieron un llamado a las autoridades a investigar ambos casos como crímenes de odio con perspectiva de género y diversidad sexual
La comunidad LGBT+ y organizaciones defensoras de derechos humanos han alzado la voz para exigir justicia tras el asesinato de dos mujeres trans en Sinaloa: Rosario “N”, conocida como Charis, de 58 años, y “La Vale”, una adolescente de 17 años.
Ambos casos, ocurridos en menos de un mes, han generado indignación por su brutalidad y por la presunta omisión institucional que los colectivos denuncian como parte de una violencia estructural contra las personas trans.
Charis fue localizada sin vida el pasado lunes 14 de julio en su domicilio en Juan José Ríos. Su cuerpo presentaba signos de violencia extrema. De acuerdo con familiares y amistades, habían perdido contacto con ella desde la noche anterior, cuando planeaba viajar a Guasave para cobrar su pensión. Al no obtener respuesta en su vivienda, solicitaron el apoyo de las autoridades para ingresar y fue entonces cuando hallaron su cuerpo sin vida.
Organizaciones como Sinaloa + Incluyente, Ahome Diverso y Sabuesos Guerreras emitieron un pronunciamiento en el que exigieron que el asesinato de Charis sea investigado como un crimen de odio por identidad de género.
“Charis no murió: a Charis la mataron. Y el silencio también es cómplice”, expresaron.
En el comunicado, los colectivos señalaron que este es el crimen de odio número 26 contra personas LGBTIQA+ en Sinaloa desde 2013, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT+.
“Quienes mataron a Charis no actuaron solos. La violencia que permitió su asesinato viene del Estado que calla, de instituciones que no actúan, de medios que borran identidades y de quienes se burlan, insultan, agreden y niegan derechos cada día”, declararon.
Este caso se suma al reciente asesinato de “La Vale”, una joven trans de 17 años, cuyo cuerpo fue encontrado el 28 de junio en una parcela del ejido 5 de Mayo, en el municipio de Ahome, tras haber sido reportada como desaparecida desde el 15 de junio. Su cuerpo, en avanzado estado de descomposición, fue identificado días después mediante pruebas genéticas.
“La Vale era una mujer trans que soñaba con vivir en libertad, con ser quien era sin miedo. Fue asesinada por ser quien era. Eso se llama transfobia, y no podemos permitir que se siga normalizando”, señaló el colectivo Sinaloa + Incluyente.
Ambos asesinatos han encendido las alarmas entre defensores de derechos humanos, quienes exigen a la Fiscalía General del Estado de Sinaloa que actúe con perspectiva de género y diversidad sexual, y al gobierno estatal que implemente políticas públicas urgentes para frenar la violencia contra personas LGBTIQA+.
“Exigimos a las autoridades que investiguen, sancionen y no revictimicen. La impunidad no puede seguir siendo norma”, concluyeron.
México ocupa el segundo lugar en América Latina con respecto a asesinato de personas trans, por lo que miembros de este sector han hecho un llamado a las autoridades locales y federales para proteger su derecho a la vida y el libre desarrollo de la personalidad.