Mediante una nueva ley, el gobierno de Trump clasificó todas las sustancias relacionadas con la droga como controladas con un alto potencial de abuso
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una nueva ley contra el fentanilo, llamada Halt fentanyl (detener el fentanilo), la cual endurece las penas relacionadas con el tráfico de esta droga.
La nueva legislación prevé una pena mínima de 10 años de prisión por tráfico superior a 100 gramos de fentanilo o de una sustancia análoga.
El fentanilo causó casi 50 mil muertes por sobredosis en 2024 en Estados Unidos, según fuentes oficiales.
Los congresistas de Estados Unidos intentaron llenar las lagunas legales, tras darse cuenta de que los cárteles cambian la composición de los análogos del fentanilo, a medida que son declarados ilegales.
Por eso, la ley clasifica de forma permanente“las imitaciones ilícitas de fentanilo” en la lista 1, integrada por drogas que no tienen uso médico actualmente aceptado y con un alto potencial de abuso. Ya se encontraban en este nivel desde 2018, pero de forma temporal.
Ayer, Trump citó el carfentanilo, “cada vez más común”, dijo. Se trata de un opioide sintéticoaproximadamente 10 mil veces más potente que la morfina y 100 veces más que el fentanilo, que puede ser letal en dosis de dos miligramos.
Una sustancia controlada de la Lista I es una droga, sustancia o sustancia química con un alto potencial de abuso; sin valor médico reconocido actualmente; y sujeta a controles regulatorios y sanciones administrativas, civiles y penales en virtud de la Ley de Sustancias Controladas”, indica el resumen de la legislación difundido en el sitio web del Congreso estadunidense.
CAMBIOS EN REQUISITOS DE REGISTRO PARA INVESTIGACIONES CON SUSTANCIAS CONTROLADAS
De acuerdo con el texto oficial, la ley también introduce varios otros cambios en los requisitos de registro para realizar investigaciones con sustancias controladas.
Entre estos: “permitir un registro único para sitios de investigación relacionados en determinadas circunstancias”.
También “renunciar al requisito de una nueva inspección en determinadas situaciones”.
Y, finalmente, “permitir que un investigador registrado realice ciertas actividades de fabricación con pequeñas cantidades de una sustancia sin obtener un registro de fabricación”.
La epidemia de opiáceos en EU se remonta a la década de 1990, cuando las compañías farmacéuticas comercializaron masivamente analgésicos de venta con receta.
Más de un millón de estadunidenses han muerto por sobredosis de drogas durante las dos últimas décadas.