El tirador hirió a un oficial de policía, luego se encerró en una iglesia donde lastimó a más personas antes de ser abatido.
Un sospechoso disparó e hirió a un policía estatal el domingo y huyó a una iglesia de Kentucky, donde varias personas resultaron heridas en un segundo tiroteo, informaron las autoridades.
El tiroteo terminó cuando el sospechoso murió, informó la policía estatal de Kentucky en las redes sociales.
Después de disparar contra el policía, el sospechoso terminó en la iglesia Bautista de Richmond Road en el suroeste de Lexington, según la policía estatal. La policía no proporcionó información adicional sobre la muerte del agresor.
Kentucky, we are aware of a series of incidents in Lexington around one suspect, including a trooper-involved shooting and an additional shooting at Richmond Road Baptist Church with multiple injuries. The trooper and others are being treated at a nearby hospital. 1/2
— Governor Andy Beshear (@GovAndyBeshear) July 13, 2025
El policía fue herido de bala a las 11:36 a.m. en el condado Fayette, donde se encuentra Lexington, según la policía estatal. El sospechoso luego huyó, terminando en la iglesia Bautista.
El tiroteo en la iglesia resultó en múltiples heridos, señaló el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, en una publicación en las redes sociales.
El policía y otros estaban recibiendo atención médica en un hospital cercano, pero aún se estaban conociendo otros detalles, indicó el gobernador. La gravedad de las heridas no se conocía de inmediato.
“Por favor, recen por todos los afectados por estos actos de violencia sin sentido, y demos gracias por la rápida respuesta del Departamento de Policía de Lexington y la Policía Estatal de Kentucky”, dijo Beshear.
Estados Unidos ha registrado al menos 229 tiroteos masivos, en los que al menos cuatro personas reciben disparos sin contar al atacante, en lo que va de 2025, según la organización civil Gun Violence Archive.
Apenas hace dos semanas, dos bomberos y un tirador murieron en una balacera durante un incendio forestal el 29 de junio en Idaho, estado en la frontera norte de Estados Unidos, lo que motivó el despliegue del Buró Federal de Investigaciones (FBI) tras el reporte de una emboscada.