El grabado encontrado cerca de la región de Asuán muestra a una figura de poder de los comienzos de la primera dinastía y daría luces sobre cómo se conformó el poder de los faraones en el antiguo Egipto.
El egiptólogo Dorian Vanhullen halló en Asuán, Egipto, un grabado sobre una pared que daría indicios de los orígenes de los faraones en esta civilización. El grabado tallado en una pared muestra a una antigua figura de autoridad egipcia o un miembro de la élite gobernante de los inicios de la primera dinastía, durante los albores del Estado egipcio.
“La composición grabada consiste en una barca ornamentada arrastrada por cinco figuras a la derecha. La barca es impulsada por una figura de pie que sostiene un remo y timón y transporta lo que parece ser una figura sentada”, describió Vanhullen en el estudio. Se cree que la figura sentada está sobre un palanquín, un elemento que denotaba poder y estaba reservado para personas de alto rango. Además, identificaron que esta figura tiene una barbilla alargada, lo que es interpretado como un símbolo de realeza en la Primera Dinastía.
Se estima que el panel tiene unos 5.000 años de antigüedad. El estudio publicado en la revista científica Antiquity, de la Universidad de Cambridge, reveló que el grabado pudo haber sido comisionado por un gobernante político temprano durante el período protodinástico.
El egiptólogo Dorian Vanhullen halló en Asuán, Egipto, un grabado sobre una pared que daría indicios de los orígenes de los faraones en esta civilización. El grabado tallado en una pared muestra a una antigua figura de autoridad egipcia o un miembro de la élite gobernante de los inicios de la primera dinastía, durante los albores del Estado egipcio.
“La composición grabada consiste en una barca ornamentada arrastrada por cinco figuras a la derecha. La barca es impulsada por una figura de pie que sostiene un remo y timón y transporta lo que parece ser una figura sentada”, describió Vanhullen en el estudio. Se cree que la figura sentada está sobre un palanquín, un elemento que denotaba poder y estaba reservado para personas de alto rango. Además, identificaron que esta figura tiene una barbilla alargada, lo que es interpretado como un símbolo de realeza en la Primera Dinastía.
Se estima que el panel tiene unos 5.000 años de antigüedad. El estudio publicado en la revista científica Antiquity, de la Universidad de Cambridge, reveló que el grabado pudo haber sido comisionado por un gobernante político temprano durante el período protodinástico.
Para llegar a la conclusión sobre el momento en el que fue realizado el grabado, los investigadores del Museo de Malgré-Tout, en Bélgica, compararon este con otros ejemplos de barcas representadas en el arte prefaraónico.
“El arte rupestre del Valle del Bajo Nilo tiene el potencial de ayudar a identificar y analizar las primeras formas de poder político en esta región y cómo se explotó el paisaje para expresar y consolidar la autoridad”, explicó Dorian Vanhulle, autor de la investigación y egiptólogo del Museo de Malgré-Tout en Bélgica. Por lo que este estudio arrojaría luces sobre el cambio del periodo protodinástico a lo que se conoce como dinástico temprano.
“La ausencia de un serekh (una representación de la fachada de un palacio inscrita con el nombre de un rey y coronada por el dios halcón Horus) asociada con la barca es significativa, ya que esta combinación se encuentra comúnmente en grabados rupestres reales de la Primera y Segunda Dinastía. Esta ausencia sugeriría que la figura sedente no es un rey de la Primera Dinastía, y que el grabado probablemente es anterior al uso generalizado del serekh en el arte rupestre oficial. A la luz de estas observaciones, parece razonable sugerir que el panel se produjo en los albores de la Primera Dinastía, quizás poco antes del reinado de Narmer”, escribió Vanhullen.
El estudio también destacó la importancia de registrar y analizar zonas del paisaje egipcio como estas que podrían empezar a cambiar a causa de la minería.