Las excavaciones que se están llevando a cabo bajo el Edículo de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, lugar donde la tradición sitúa la tumba de Cristo, han sacado a la luz restos de semillas y polen de dos mil años de antigüedad.
Como si hubiera sido cosa del destino, a falta de unos días para la llegada de la Semana Santa, una noticia acerca de las últimas horas de Jesús acaba de ver la luz. En la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, construida en el año 335 por el emperador romano Constantino I y que, según a tradición, es el lugar donde fue crucificado y enterrado Jesucristo, un equipo de arqueólogos ha realizado un descubrimiento sorprendente.
Según los registros históricos, durante la construcción la iglesia constantiniana, los obreros descubrieron una tumba, que muchos identificaron como la de Jesús. Y para aumentar aún más el misterio, en ese mismo lugar los arqueólogos descubrieron recientemente una base circular de mármol bajo el Edículo (el santuario que alberga la tumba) que será analizada con más detenimiento para determinar su origen.
Las últimas excavaciones llevadas a cabo bajo el Edículo, dirigidas por Francesca Stasolla, profesora de Arqueología en la Universidad La Sapienza de Roma, han confirmado el hallazgo de un antiguo jardín con olivos y vides que podrían datar de hace unos dos mil años (a falta de la datación final por radiocarbono). Según Stasolla, esto ha podido saberse por los restos de semillas y polen hallados, que sugieren el uso agrícola de la zona entre el período en que el lugar fue usado como cantera y época romana, cuando adquirió un uso funerario.
¿Se confirma el Evangelio de Juan?
Este hallazgo coincide notablemente con el versículo bíblico del Evangelio de Juan 19:41 el cual menciona una zona verde entre el Calvario y la tumba de Cristo: “En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no se había puesto a nadie”.
Las excavaciones, que comenzaron en 2022, son las más extensas realizadas en la iglesia del Santo Sepulcro en casi 200 años y se enmarcan en un proyecto de restauración mucho más amplio y que ha sido aprobado por las tres comunidades religiosas que administran la iglesia: el Patriarcado Ortodoxo, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado Armenio y autorizado por la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Además del sorprendente hallazgo del jardín, el equipo de arqueólogos ha encontrado diversos objetos datados en la Edad del Hierro. “Cerámica, metales, vidrio, lámparas de aceite y muros bajos de piedra que separaban las parcelas de los jardines documentan tanto la ocupación de la zona como la presencia de creyentes y peregrinos. El objetivo de esta excavación es obtener más información sobre esta importante zona de Jerusalén”, afirma Stasolla.
Aunque ahora los trabajos se han visto detenidos debido a la llegada de peregrinos cristianos con motivo de Semana Santa y Pascua, está previsto que una vez finalizadas las celebraciones el equipo de Stasolla reanude las excavaciones bajo el suelo de la iglesia y se utilicen tecnologías de última generación como el mapeo 3D y el georradar para reconstruir digitalmente el lugar.
“Si bien no hemos podido ver la iglesia entera excavada de un solo vistazo, las nuevas tecnologías nos permiten reconstruir el panorama general en nuestros laboratorios”, comenta la arqueóloga.
Y concluye: “Si habláramos de un rompecabezas, diríamos que solo estamos excavando una pieza a la vez, pero con el tiempo tendremos una reconstrucción multimedia completa del panorama completo”.