No es una acción menor cambiar de manera unilateral el nombre del “Golfo de México”: es una clara violación al derecho internacional por parte de EEUU, un aspecto que a Donald J. Trump poco le importa, lo que él quiere es provocar a los mexicanos para que se encuadre en su justificación de agresión.
Estamos asistiendo a un periodo de la historia, de la humanidad, en donde todas las instituciones internacionales están en retroceso, imponiéndose un entorno de violación a los Derechos Humanos
En este contexto, parecería que un nombre no tiene mayor importancia, pero es central en la identidad del pueblo de México, que se ha desarrollado alrededor del Golfo de México.
La queja por el cambio de nombre al mar interior que comparte EEUU, México y Cuba, no es válido sin una resolución de las Naciones Unidas por parte de la Unión Geográfica Internacional, una institución que se encuentra en el objetivo de EEUU al igual que la OMS -Organización Mundial de la Salud-, para ser destruida.
Al final, en el marco de agresiones unilaterales, el gobierno norteamericano no quiere que existan organismos con los cuales se presenten quejas con respecto a su comportamiento.
Los mexicanos no debemos dejar pasar ninguna ofensa al vecino del norte, y comenzar a revisar con lupa el Tratado de Guadalupe Hidalgo, con que se nos robó la mitad del territorio nacional en la invasión de 1846, una Guerra de confabulación, que comenzó con la agresión de EEUU en Texas.