Unas excavaciones arqueológicas en Croacia han desvelado que los restos desmembrados de un hombre enterrado bajo el suelo de una iglesia medieval pudieron haber sido los de un supuesto vampiro.
Las excavaciones que se están llevando a cabo en el yacimiento arqueológico de Rašaška, situado en la parte oriental de Croacia, han revelado, bajo el suelo de una iglesia medieval, una tumba, marcada con el número 157, en cuyo interior han aparecido los restos óseos de un individuo al que se había practicado un enterramiento singular.
Junto a los restos decapitados del difunto, cuyo cráneo había sido separado del resto de huesos, se encontraron dos piedras, una situada en la cabeza y otra en los pies. Este hallazgo hizo sospechar a los investigadores que podrían encontrarse delante del enterramiento de un “vampiro”. De ser así, este inusual enterramiento probaría que en la Croacia medieval persistían las creencias en la existencia de los vampiros.
El yacimiento arqueológico de Rašaška, que posiblemente fue una fortaleza, fue descubierto en 2011. Ya entre los años 2012 y 2023, las excavaciones arqueológicas sacaron a la luz un complejo arquitectónico con 181 enterramientos y una gran cantidad de huesos. “Según fuentes históricas de los siglos XIII al XVI, el patrimonio de Račeša perteneció originalmente a los templarios, luego a la Orden de los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén y, finalmente, a la nobleza local”, afirman los investigadores.
En cuanto al esqueleto recién descubierto, el análisis antropológico ha revelado que se trataba de un hombre de entre 40 y 50 años de edad. Las vértebras y las extremidades inferiores indican que este individuo llevó a cabo un trabajo físico intenso durante toda su vida. Además, las heridas sanadas del esqueleto demostrarían que esta persona habría vivido una vida marcada por la violencia y que, finalmente, murió a causa de unas heridas localizadas en su cráneo.
Un examen más detallado de los restos ha documentado que el cuerpo fue retorcido de manera deliberada después de la muerte y durante el entierro. Como resultado de esta práctica, el torso quedó orientado hacia abajo mientras que las otras partes del cuerpo quedaron hacia arriba.
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Milica Nikolic
“El inusual enterramiento podría indicar que el individuo había sido considerado una persona con un comportamiento pecaminoso o violento cuando estaba vivo y, por lo tanto, se creía que tenía la capacidad de ‘resucitar’ después de la muerte. Cualquier persona, incluso una que hubiera sido muy pacifica, podría convertirse en una potencial amenaza si los rituales funerarios no se llevaban a cabo de la manera adecuada”, ha manifestado la arqueóloga Natasa Sarkic.
En todo caso, este no es el primer enterramiento medieval de “vampiros” que los investigadores han descubierto en Croacia. En 2024, al noroeste del yacimiento de Rašaška, se encontraron los restos de una persona que fue enterrada en un ataúd de madera ornamentado y a la que faltaba la cabeza, una parte del cuerpo que sigue sin aparecer.
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Nataša Šarkic
Según los investigadores, todo estos enterramientos demuestran que en aquella época estaba muy extendida entre la población la creencia de que una persona fallecida y a la que hubiesen cortado la cabeza no podría levantarse de su tumba para hacer daño a los vivos.
En cuanto al aspecto que podían tener estos supuestos “no muertos”, según Natasa Sarkic, “a diferencia de los vampiros de Hollywood, elegantes, aristocráticos y de tez pálida, los vampiros del folclore balcánico a menudo eran descritos como seres hinchados, con uñas largas y con la tez rojiza u oscura. Por lo tanto, cualquier cadáver que se hallase en un estado avanzado de descomposición podría parecerse mucho a un vampiro”, remata la investigadora.