El auditorio del Hospital General de Culiacán IMSS-Bienestar “Dr. Bernardo J. Gastélum” fue escenario, este viernes, de una reflexión profunda sobre el papel del médico frente a la incertidumbre, la responsabilidad y la dignidad humana en la investigación.
Como quien se detiene a mirar el horizonte antes de dar el siguiente paso, profesionales de la salud se reunieron para recordar que la medicina no es sólo ciencia, sino también conciencia.
Se trató del X Curso-Taller Ética en Investigación: Práctica Clínica, organizado por el Comité de Investigación y el Comité de Ética en Investigación del Hospital General de Culiacán, encuentro que tuvo como ponente principal al Dr. César Augusto Rivas González, reconocido médico internista, docente y fundador de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa, institución en la que también ha contribuido a la formación de nuevas generaciones de especialistas.
Rivas González, quien ha servido en el Instituto Mexicano del Seguro Social y cuyo trabajo ha sido distinguido con diversos reconocimientos, presentó la conferencia “Ética en investigación: práctica médica”.

Durante su exposición, retomó la célebre reflexión de William Osler: “La medicina: una ciencia de la incertidumbre y un arte de la probabilidad”, para explicar que la práctica clínica implica un equilibrio permanente entre conocimiento, humanidad y prudencia.
Al referirse al binomio salud individual–salud planetaria, destacó que la condición de vida de las personas depende no sólo de su biología, sino también de factores como la distribución poblacional, vulnerabilidad social, marginación, migración, economía, redes de apoyo y contexto cultural.
Subrayó la importancia de comprender al paciente como un ser integral, con dimensiones biológicas, sociales, psicológicas, culturales y espirituales. En este sentido, insistió en que la beneficencia debe guiar siempre la atención médica: “Lo primero es no hacer daño”, procurando el mayor beneficio con el menor riesgo.
El especialista habló también de la necesidad de fortalecer el desarrollo de la medicina paliativa, al reconocer que el sufrimiento humano requiere acompañamiento sensible y profesional: “El ser humano es más que carne y huesos”, señaló. “Hay otras dimensiones”.
Entre las enseñanzas destacadas de su conferencia se encuentran:
• Actualización continua como obligación moral.
• Escuchar con atención, paciencia y respeto, como parte clave de la docencia y la atención clínica.
• Curiosidad científica equilibrada con escepticismo, como fundamento de la investigación.
• Manejo integral del paciente, distinguiendo entre la enfermedad y el padecer, con delicadeza y trato humano.
• La importancia de dudar de uno mismo: “Si algo no encaja, cuestionemos nuestro diagnóstico; quizá algo no estamos viendo”.
El curso-taller concluyó recordando que la medicina, más allá de los tratamientos y protocolos, descansa sobre una ética que se construye todos los días, en cada consulta, en cada decisión y en cada gesto humano.
En palabras del propio conferencista: “La ética no es un capítulo de un libro, es la forma en que caminamos la profesión”.




